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Ariko Inaoka. Erna y Hrefna

Ariko Inaoka. Erna y Hrefna

Erna y Hrefna son dos gemelas islandesas idénticas de 13 años. Empecé a fotografiarlas cuando tenían nueve años, en 2009, y el proyecto seguirá en proceso hasta que tengan dieciséis o diecisiete años. Las visitaré cada año. Mi intención es capturar el precioso periodo de la infancia a la adolescencia. La relación entre gemelas idénticas es un tema muy interesante. Con frecuencia oigo que los gemelos idénticos tienen telepatía. Eso es cierto en el caso de Erna y Hrefna. Siempre están juntas. Casi nunca se pelean. Cuando estoy con ellas, me siento muy cómoda en su compañía pero al mismo tiempo me siento rara porque nunca antes he visto una conexión tan poderosa entre dos seres humanos. Me dicen “A veces soñamos lo mismo”.

Ariko Inaoka. Erna y Hrefna

Después de no haberlas visto durante un año puedo decir que han crecido mucho pero en sus caras sigo viendo sus sonrisas inocentes. Me contaron que unas gemelas de 90 años fallecieron la misma semana. “Es raro”, dijeron y me sonrieron. (…) Todavía no sé por qué me parecen tan hermosas y poderosas. Su relación me habla de este mundo, de la luz y la sombra, de tú y yo, de cómo te reflejas en tu pareja y quién eres cuando estás sin ella.

Ariko Inaoka. Erna y Hrefna

Quiero verlas cómo se convierten de niñas a mujeres. No sé qué tipo de respuestas me gustaría encontrar al final. No sé las respuestas por eso disfruto este proyecto.

Ariko Inaoka. Erna y Hrefna

Fuentes: web de Ariko Inaoka y de Jodi Asano.

Entrevista a Yoshihiko Ueda

Yoshihiko Ueda nació en Hyogo (Japón) en 1957. A pesar de ser conocido mayoritariamente en su país por su fotografías publicitarias, tiene también una obra personal muy extensa y original. Ha publicado 28 series fotográficas y ha recibido numerosos premios como el Tokyo Art Directors Club Grand Prix, el New York Art Directors Club Photography Award and el Cannes Lions International Advertising Festival Silver Prize for Graphic Design. Su portfolio merece una visita.

Yoshihiko

De su trabajo publicitario en 1992

Tienes un portfolio muy variado y extenso. En él podemos encontrar retratos de celebridades, fotografías familiares e íntimas y reportajes publicitarios. ¿Cómo es compaginar la fotografía publicitaria con tus proyectos artísticos? ¿Te estás centrando más en alguna de las dos actualmente?

Quizá suene un poco raro pero para mi todo forma parte de un único hilo en mi práctica fotográfica. Ahora mismo mi trabajo está centrado en las fotografías pertenecientes a mi proyecto personal Materia. Comencé fotografiando bosques, y he seguido con ríos y con el mar, la forma del proyecto ha ido cambiando constantemente a lo largo del mismo.

Alguna vez has mencionado la gran influencia que ejerció sobre ti la obra de Robert Mapplethorpe. ¿Podrías contarnos cómo fue la experiencia de retratarlo?

Eso fue hace mucho tiempo. Creo que sucedió cuando yo tenía veintitantos. Por aquella época la obra de muchos fotógrafos estaba influenciada de alguna manera por Robert Mapplethorpe, tan fuerte fue su influencia como fotógrafo. Pero ahora estoy en la cincuentena y si tengo que decir si sigue teniendo influencia sobre mi obra fotográfica, la respuesta es no.

Creo que lo retraté hace 27 años. Estaba entusiasmado. Él estaba ahí parado, tranquilamente, frente a mi cámara, sus ojos claros mirando directamente a la lente; parece como si fuera ayer.

robert mapplethorpe

Retrato de Robert Mapplethorpe, 1986 

Dentro de tu obra podemos encontrar dos proyectos basados en bosques: Quinault (1990-1991) y Materia (2012), ambos separados por una década. “Creo que fotografié el bosque como una «fuerza», una «energía», algo completamente diferente a fotografiar un escenario». Esta afirmación tuya respecto a lo que sentiste fotografiando Quinault, ¿podría aplicarse también a tu proyecto Materia?

Pretendo continuar con el proyecto Materia, que empezó hace 20 años con Quinault, fotografiando el bosque como algo viviente. La palabra materia viene del latín y se refiere a la energía de la cual nace la vida. Empecé fotografiando bosques y he continuado con ríos y durante este año, con el mar. Pero la esencia no ha cambiado: una búsqueda para descubrir y expresar la fuerza de la vida a través de la fotografía.

QuinaultDe la serie Quinault

Después de leer tus declaraciones sobre proyectos como Amagatsu o Quinault, me da la sensación de que muchas de estas series vinieron a ti por una fuerza inexplicable, como si estuvieses destinado a hacerlo. Pocos fotógrafos consiguen esa unión espiritual con los sujetos de sus proyectos. ¿Podrías hablarnos un poco sobre de qué manera te influyen todas estas sensaciones a la hora de fotografiar?

En general, creo que se trata de gozo. Y ese gozo surge de la capacidad de estar frente al mundo y abrir el corazón y la mente a sentimientos como el miedo y la felicidad; sentimientos a los que la gente se expone cuando entran en contacto con el flujo invariable e intacto de ese origen, esa belleza y sublimidad que no pueden expresarse mediante palabras.

Materia

De la serie Materia

A nivel individual ha habido dos o tres muestras tuyas en Europa y América, ¿verdad? ¿Por qué crees que tu obra personal no es excesivamente conocida fuera de Japón?

Sí, es verdad.

No sé porqué motivo mi obra no es muy conocida en el extranjero. Quizás uno de los motivos es que no tengo ningún socio que promocione mi obra a nivel internacional. Y tampoco he dedicado mucho esfuerzo a favor de que mi obra sea vista en el extranjero.

¿Qué opinas de la fotografía asiática actual?

No suelo prestar mucha atención al trabajo de otros fotógrafos, así que no sé mucho sobre fotografía contemporánea en Asia.

¿Podrías adelantarnos algo de tu próximo proyecto?

Como he dicho antes, sigo haciendo fotografías para la serie Materia. Y estoy preparando Materia River y Materia Sea para su inminente exposición esta primavera en Tokyo.

Shimae

De la serie Shimae

Puedes leer la entrevista original en inglés aquí.

Entrevista a Ken Kitano

Ken Kitano es un fotógrafo japonés nacido en Tokyo en 1968. Sus fotografías se caracterizan por ser el resultado de múltiples exposiciones. Esto es lo que dice Ken sobre la fotografía:

Me interesa el potencial que tiene la fotografía para hacer que las personas experimenten otros mundos (lejanos a su realidad). Cómo, por ejemplo, al ver fotos antiguas podemos situarnos inmediatamente en la escena. Si la fotografía puede contribuir un poco más a que los humanos tengamos ese sentimiento solidario de «estar ahí» -lo que yo llamo «empatía espontánea» hacia otros y hacia el mundo-, es una buena razón para su existencia […]

34 personas atendiendo al oficio religioso en la mezquita de Dhaka, Bangladesh, 2009.

Retrato de 34 personas atendiendo al oficio religioso en la mezquita de Dhaka, Bangladesh, 2008.

¿En qué momento decides fotografiar?

Cuando estaba en el instituto; tenía 14 o 15 años. Mi hermano me recomendó comprar una cámara, pero yo no estaba interesado en las cámaras, simplemente me interesaba la fotografía. Después, comencé a ir a la biblioteca, donde encontré libros muy buenos de algunos fotógrafos importantes como: Ikko Narahara, Eiko Hosoe, Daido Moriyama, Ken Domon, Berenice Abbott, Duane Michals, … Ahí fue cuando decidí coger una cámara y fotografiar.

Poca gente habla de tu proyecto México. En los años 90 viajas allí y fotografías las pinturas murales de algunos de los máximos exponentes del muralismo mexicano como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. ¿Por qué éstas fotografías de murales?

Me fui a fotografiar los murales porque siempre habían sido un referente para mí. Mi trabajo está muy influenciado por la pintura mural mexicana de los años 20: Diego Rivera, Jose Clemente Orozco, … Ellos reflejaban el paso de muchísima gente en una sola imagen. Yo hago lo mismo.

En City Flow and Fusion la multitud se convierte en un rastro de luz, cada individuo pierde un poco su identidad y acaba disolviéndose en el todo. En Our Face, superpones negativos formando una imagen única en la que el individuo resultante es la suma de muchos. ¿Crees que en el mundo actual es difícil que cada individuo conserve su singularidad?

Para mí es más importante presentar el «todo» que hay en nosotros que mostrar las diferencias entre individuos. Mi objetivo no es mostrar la singularidad de cada individuo sino descubrir el valor de la existencia como un todo. 

mexico

De la serie México, depuradora del río Lerma, Ciudad de México. Diego Rivera.

¿Puedes contarnos un poco cómo es tu trabajo en el laboratorio?

El trabajo en el laboratorio es muy minucioso, no puedes permitirte ningún error. El proceso de producción de Our Face fue muy largo, implicaba proyectar negativos sobre papel, uno a uno.

En mi estudio de Tokyo, sólo puedo trabajar con papel fotográfico de 27 x 35 cm. Pero en 2009 el director del Three Shadows Photography Art Centre en Beijing me ofreció su ayuda para producir Our Face. Es uno de los pocos centros en el mundo equipados para la producción desde negativo a gran formato. Los formatos de impresión resultantes fueron de 142 x 178 cm.

Por la mañana hacía pruebas de todos los negativos en papeles pequeños, probaba diferentes tiempos y contrastes y hacía algunas proyecciones contra la pared. Después de comer hacía la copia definitiva. Pegaba el papel fotográfico a una especie de caballete de aluminio, lo cubría con una cortina blackout y después proyectaba el negativo sobre él. Después, con la ayuda de otras tres personas, ajustábamos el caballete y la ampliadora hasta que coincidieran con nuestras marcas. Una vez que lo teníamos todo colocado, quitábamos la cortina blackout y proyectábamos el negativo. Después volvíamos a cubrirlo con la cortina, y así una y otra vez, en la oscuridad. Al principio tuvimos algunos fallos, pero durante la segunda semana de producción ya teníamos el retrato de la geisha acabado.

Sigues trabajando en analógico a pesar de que cada vez más fotógrafos optan por el digital. ¿Cómo crees que serían tus resultados fotográficos si trabajaras en digital?

Llevo fotografiando desde los años 80 así que estoy muy acostumbrado a trabajar con las sales de plata. Prefiero trabajar en analógico a depender de los ordenadores. Sin embargo, pienso que la tecnología digital tiene posibilidades. En un futuro, intentaré hacer algún proyecto en digital, ¡veremos cómo queda! 

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De la serie City Flow and Fusion. Tokyo, 1990.

Our face es un proyecto abierto, en constante expansión; ¿cuándo tienes pensado empezar con los otros continentes?

Ya he terminado de fotografiar en Asia. Ahora estoy preparando el libro Our face: Asia, que lo publicará en Japón la editorial Seigensha Co. en marzo. Este año voy a empezar a hacer las fotografías de Norteamérica. Después iré a Sudamérica y América central, y acabaré en Europa y África. Algún día espero tener material suficiente que nos permita visualizar la forma en la que todos estamos relacionados en este mundo.

¿Tienes algún fotógrafo de referencia?

Tengo mucho respeto por Ikko Narahara, un antiguo fotógrafo japonés de la misma generación que la artista Tomoko Sawada. Ella también hace retratos. También me gusta mucho Hiroshi Yamazaki, cuyas obras también tratan del tiempo y el espacio.

¿Qué piensas de la fotografía asiática actual?

Creo que el panorama fotográfico asiático actual es muy activo. He formado parte de algunas exposiciones en India, Hong Kong y la mayor parte de China, y en todas ellas he tenido respuestas muy activas y favorables.

En Japón siempre ha habido mucha actividad y muchos movimientos fotográficos, mientras que otras partes de Asia que antes estaban «dormidas» han experimentado un gran desarrollo de la fotografía en los últimos 10 años. Tengo curiosidad por ver a dónde nos llevarán todos estos avances.

Retrato de 30 geikos y maikos bailando el Special Kyo Dance, Kyoto, 2003.

Retrato de 30 geikos y maikos bailando el Special Kyo Dance, Kyoto, 2003.

Pie de foto: ‘Grupo de vecinos de Otsuchi’ por Juan José Millás

Yomiuri Shimbun / Yoichi Hayashi (AP)

¿Se acostumbra uno a todo?

Poco tiempo después de los devastadores terremoto y tsunami de Japón, este grupo de vecinos de Otsuchi trataban de recomponer su cotidianidad de una manera conmovedora.

Llamamos cotidiano a lo de todos los días. Su contrario es lo insólito, que a veces es bueno y a veces malo. No es lo mismo una lluvia ácida que un maná. Lo insólito suele borrar de manera provisional lo cotidiano, excepto cuando se prolonga y pierde su condición extravagante, provocando escenas como la de la foto, donde la nueva cotidianidad convive con la antigua. Aunque apenas había transcurrido una semana desde el tsunami de Japón hasta esta foto, sus víctimas (las de la imagen, por lo menos) parecen haberse instalado ya en el horror con naturalidad. Protegidas (es un decir) por los dioses que se han salvado de la quema, sus gestos, sus actitudes, sus maneras, recuerdan a los de cualquier martes o cualquier miércoles de cualquiera de sus vidas. Adaptados los objetos cotidianos del pasado (las sillas, por ejemplo) a la cotidianidad del presente, lo extraño y lo familiar se han fundido con una sencillez pasmosa. Observen la tranquilidad con la que leen la prensa, como si se encontraran en la cocina de su casa o en la sala de espera del médico. Fíjense en la mujer que hacia el centro de la fotografía, con un bolso en bandolera, compone, al arreglarse el pelo, un gesto usual. No se pierdan tampoco la expresión de paciencia del hombre de su izquierda, tocado con una gorra de las de visera y ligeramente repantigado en la silla, como si esperara algo o a alguien que empieza a retrasarse un poco, aunque no tanto como para perder los nervios. Si no supiéramos lo que les ha ocurrido, pensaríamos que llevan toda la vida alrededor de esa hoguera. ¿Se acostumbra uno a todo?

El País.

Fotos encontradas entre los escombros de Japón

El centro de Minamisanriku, un puerto pesquero de la costa noreste de Japón, ha desaparecido. Fue completamente arrasado por el tsunami que devastó el país el 11 de marzo. Cuando lo miro desde lo alto de una colina, durante un encargo que tuve allí la semana pasada, me resultaba difícil imaginar que ese pueblo hubiera existido realmente, que hubiera gente que tuviera allí su vida.

La mayoría de las casas se construyeron en llanuras entre montañas y desaparecieron. Caminando entre los escombros, descubrí varias señales de vida. Lo que encontré, a vista entre los restos, fueron fotografías. Son unos pocos fragmentos de las vidas de aquellas personas lo que queda.

Ko Sasaki

Más.

Cámaras por Manuel Vicent

Aquí os dejo un artículo del gran Manuel Vicent que publicó El País este domingo.

Cámaras

Manuel Vicent

Donde no hay cámaras no existe la historia, pero sucede a veces que las cámaras muerden y mastican más historia de la que pueden tragar, son incapaces de digerir dos grandes tragedias simultáneas. Le pasa también al cuerpo humano: nunca duelen dos cosas a la vez. En el cerebro se concentra el dolor principal, que anula todos los demás. Estos días las cámaras se están volviendo locas a la hora de elegir entre el maremoto de Japón y la insurrección de Libia. Mientras devoraban primero la tragedia nuclear de Fukushima, donde el rabo ardiente de Satanás comenzó a liberar ponzoña radiactiva, el tirano Gadafi bombardeaba a su pueblo impunemente a mansalva sin testigos. Las cámaras se hallan indecisas todavía. La revuelta de los países árabes tiene una estética de botellón. Es la revolución de Internet. Por primera vez la información, que a lo largo de la historia había sido manipulada siempre desde arriba por el poder, es generada hoy desde el fondo de la sociedad cohesionada a través del móvil. Con solo agitar un dedo sobre un ínfimo teclado en tres segundos se puede mandar para consumo de todo el planeta la imagen de un niño destripado por un misil amigo o enemigo, y bastará ese mensaje para que los internautas, los nuevos protagonistas de la historia, convocados a una plaza para beber litronas y bailar el rock sean invitados a levantarse en armas contra los tiranos, pero su cólera puede disolverse como una llamarada en el vacío y quedar en nada. En cambio, de la tragedia de Japón serán ya perennes, tal vez, dos imágenes que podrían constituirse en un símbolo de nuestro destino. En una de ellas se ve al emperador de rodillas, frente a las víctimas del desastre nuclear, sentado sobre sus propios talones, las manos juntas en una mutua plegaria taoísta; en otra aparece un japonés anónimo en el tejado de su casa derruida, solo en medio de una destrucción insondable que se pierde en el horizonte. Parece que este hombre es el último habitante que ha quedado vivo en la tierra. Está sumido en una honda meditación. Firme, asombrado, fatalista, su espíritu indomable está aislado de la catástrofe que le rodea. Sabe que la salvación depende solo de su conciencia convertida en eje de acero de todo su cuerpo. Este japonés solo en el tejado es todo el universo.

El País.

Fotografías de James Nachtwey sobre el tsunami de Japón

La escala de lo ocurrido va más allá de lo que se cree. Un desastre de tal magnitud en un sólo pueblo ya sería una catástrofe. Sería increíble. Y esto ocurrió en todos y cada uno de los pueblos desde la costa sur de Sendai hasta zona norte de Honshu. Toda la costa, poblado a poblado. Es apocalíptico. Y todo ocurrió en… ¿Cuánto? ¿Cuánto tardó la ola en romper y desaparecer? ¿Media hora? Fue muy rápido. El océano sencillamente arrasó, engulló, una enorme zona costera japonesa, altamente poblada. Cada pueblo ha sido barrido. Exterminado.

James Nachtwey.

 

Más.

Entrevista a Japan Photo Project

¿Habéis conseguido llegar a todos los rincones del país que os interesaban o hay algo que se os ha escapado?

En términos generales creo que podemos decir que prácticamente hemos cubierto todos nuestros objetivos. Sin embargo, desde un principio sabíamos que era imposible cubrir todo el territorio japonés en un año. El hecho de que haya tantas islas y que nos hayamos movido con autocaravana ha hecho que tuviéramos que renunciar a algunos lugares a los que nos hubiera gustado ir. Sin embargo, no descartamos hacer escapadas a lo largo de los próximos años para fotografiar lugares que nos han quedado pendientes como la salvaje isla de Yakushima o fiestas tradicionales de pueblos como Tono.

Larraz: ¿En algún momento de vuestro viaje habéis tenido la sensación de que el trabajo no iba por donde habíais imaginado al principio, incluso que iba fatal y que no os convencía nada de lo que obteníais?

Hombre, hay días que no consigues lo que buscas, o que vas a un sitio del que esperabas mucho y no hay nada. Pero creo que no nos hemos llegado a desesperar en ningún momento. Una vez terminado el viaje, podemos decir que todo ha salido bastante como lo habíamos previsto, no ha habido grandes sorpresas negativas. Fue difícil empezar pero nunca pensamos que iba fatal, eso seguro. Ha días que consigues tres fotos geniales y luego no hay nada bueno en una semana. En nuestro caso teníamos la suerte de que un año da para mucho, bueno y malo. ¡Había margen!

Yamagata

¿Creéis que el hecho de haber ido todo el viaje fotografiando las costumbres niponas os ha hecho comprenderlas mejor o por el contrario pensáis que hubiéseis disfrutado más sin esa presión?

Creo que como fotógrafos empedernidos que somos los dos, simplemente no sabemos viajar de otra manera que no sea fotografiando, así que sin cámara no hubiéramos disfrutado al 100%. Pero también es verdad es que cuando te pasas el día haciendo fotos y mirando por el visor no disfrutas igual que un turista de a pie. Yo diría que nuestra relación con la cámara es de amor/odio, no podemos vivir sin ella pero a veces nos gustaría dejarla de lado para disfrutar de la realidad sin objetivos no botones de por medio.

En cuanto a comprender mejor la realidad nipona-no solo de sus costumbres sino de su forma de vida-, este viaje ha supuesto un aprendizaje ininterrumpido que nos ha llenado infinitamente como fotógrafos, pero sobretodo como personas. Nos hemos encontrado con personajes únicos que nos han hecho vibrar con su historia personal y su dedicación a su trabajo o pasión.

El haber hecho y retocado tantas fotos en tampoco tiempo, ¿creéis que ha influido en vuestra forma de editarlas? ¿pensáis que dentro de un tiempo la edición sería diferente?

Absolutamente. Esta ha sido sin duda la parte más dura del viaje. Volcar las imágenes, editarlas y retocarlas (por no hablar del caso de Toru, que disparaba con carretes b/n y revelaba en la misma caravana), ha sido lo más duro de esta aventura. Las fotografías que hemos colgado en la web son algunas de las miles que hemos hecho y las hemos editado y retocado muy deprisa. La edición final, el libro y la exposición poco tendrán que ver con la selección de fotografías que hemos colgado en www.japanphotoproject.com. ¡Nos queda por delante meses de arduo trabajo de edición!

Hokkaido

¿Qué es lo que más os ha impresionado del viaje?

Ha habido tantas cosas que es difícil destacar una. Pero yo quizás me decantaría por subrayar la generosidad, el cariño, la bondad y el trato magnífico que hemos recibido en todas partes y de todo el mundo. Los payeses a los que hemos fotografiado nos han llegado a regalar tanta fruta que a penas nos cabía en la caravana.

Paz: ¿Es cierta la creencia popular de que la sociedad nipona es misógina?

Esta pregunta no la acabo de entender. ¿En qué sentido lo preguntas?

Paz: Cambiamos misógino por machista. En la sociedad japonesa , 1/3 de las mujeres casadas en Japón recibe algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de sus maridos según un informe del gobierno. ¿Has percibido este machismo durante el viaje?

¿Y cuantas muertes hay en España por violencia de género? ¿Se percibe eso aquí en la calle? Allí el machismo suele ser sutil, y los maltratos, que los habrá como en todas partes, no se ven por ningún lado. ¿La sociedad es machista? Por un lado, todos los hombres trabajan y muchas mujeres dejan de hacerlo cuando se casan. Pero por otro lado, ellas reciben el dinero del sueldo y lo administran para toda la familia. Todo esto está cambiando poco a poco, pero cuesta cambiar costumbres muy arraigadas. Yo como chica no he sentido ese machismo en mi propia piel. A parte nosotros hemos visitado mucho más el Japón rural que el de las grandes urbes, y lo que sí puedo asegurar es que en el campo las mujeres trabajan como las que más. Es una pregunta de difícil respuesta. Es un tema en el que no hemos profundizado mucho. Sin embargo, creo que como con la mayoría de los tópicos de Japón, se exagera mucho. No digo que no exista machismo, pero también creo que se sobre-dimensiona.

Nigata

Si tuviérais la oportunidad de cambiar algo del planteamiento del viaje ¿qué sería?

Creo que una de las pocas cosas en las que nos hemos equivocado es en el tema del vídeo. En su momento pensamos que quizás tendríamos más tiempo y podríamos grabar mejores vídeos, pero la realidad ha sido que no nos ha sobrado ni un minuto. Tuvimos que dejar el tema del video de lado desde muy al principio. Los vídeos que hemos colgado en la web no están a la altura de lo que nos habíamos propuesto. De todos modos, nosotros somos fotógrafos y lo queríamos era fotografiar Japón. El vídeo era un añadido.

En lo que se refiere al resto del planteamiento, estamos muy satisfechos, tanto de la ruta que diseñamos, del calendario, como del trabajo hecho. Solo nos hubiera gustado contar con un equipo de reveladores y retocadores que nos hubieran ido siguiendo y haciendo ese trabajo, pero eso era imposible. Solo era un sueño, bonito pero imposible.

Ise

¿Tenéis ya fechas para exposiciones y editorial para publicar el libro?

No hay ni fechas de exposición, ni fechas de conferencias ni fechas de libro. Ni editorial. El año de preparación para conseguir llegar a cabo este proyecto fue muy duro, y el viaje en sí aun lo ha sido más. Tras dos años de vivir por y para The Japan Photo Project, ahora toca descansar un poco. Mirarnos todo lo hecho con calma, realizar una buena edición y empezar a llamar puertas. No queremos hacer un libro de cualquier manera ni a cualquier precio. Nuestro sueño constaba de tres etapas y hemos completado dos satisfactoriamente. Ahora queda lo más difícil y vamos a luchar por ello. Queremos hacer un libro de calidad, de gran formato y extenso. No va a ser nada fácil pero no vamos a parar hasta conseguirlo. Nos gustaría que saliera en el 2012, pero si tenemos que esperar hasta el 2015, esperaremos.

¿Cuál han sido el mejor y peor momento de este viaje?

Buff … otra pregunta de múltiples respuestas. Ha habido días duros, días de desánimo, días de muy mal tiempo, pero quizás el peor fue un día de febrero de camino a Abashiri (en el extremo más oriental de Hokkaido). Ese día cruzamos una tormenta de nieve tan espesa que a penas se veía la carretera. Al rato de hacer un par de fotos con el iPhone, se estropeó. Dejó de funcionar. Luego pasó la tormenta y salió el sol. Pero hacia el atardecer se estropeó la autocaravana. Primero falló el cambio de marchas y no podíamos pasar de tercera. Luego dejó de funcionar la calefacción (estábamos a -8ºC por lo menos). De milagro llegamos al concesionario de Toyota en Abashiri minutos antes de que cerraran y pudimos dejar la autocaravana allí y nos dejaron un coche. Mi portátil ya se había quedado e el servicio técnico de Apple el Sapporo el día antes porqué también se había fundido. Hay días que simplemente falla todo, pero aún así tuvimos mucha suerte: nos dieron un coche de recambio y nos dieron un iPhone nuevo.

El mejor … no te sabríamos decir. Ha habido muchos momentos mágicos. Pero por decirte uno de los más especiales creo que los dos coincidiríamos fácilmente en destacar la noche en que vivimos y fotografiamos la explosión del volcán de la isla de Sakurajima. Fueron no más de dos minutos en los que vimos caer lava roja ardiente por la ladera de cráter, estando nosotros a muy pocos quilómetros. Fue maravilloso. Y otro quizás sería la sensación de conducir por Hokkaido en invierno, cuando todo es blanco. Carreteras, árboles, pueblos, lagos, todo absolutamente todo blanco. Conducir por un sitio así durante días te transporta a otro mundo. Fue duro pero lo recordamos con algo único.

Kurashiki

Después de este año, que seguro que ha sido agotador, ¿os atreveríais a hacer lo mismo en otro país? ¿Quizás España?

Agotador es poco. ¡El cuerpo nos está pasando factura!

Antes de empezar el viaje yo creía que sí. Pensaba que podríamos hacer lo mismo en España y quien sabe si luego en otros países. Sin embargo, una vez terminado el año, ya no pensamos lo mismo. No solo por un tema de dinero (nos hemos pagado casi todo el viaje de nuestro bolsillo), sino porque esto es mucho más duro y supone mucho más trabajo de lo que nadie se pueda llegar a imaginar. Creo que quizás lo repetiríamos si consiguiéramos unos sponsors que lo pagaran todo y, sobretodo, si tuviéramos un equipo detrás que se encargara de gestionar todas las fotografías, escribir el blog y la web en cuatro idiomas. Sin un equipo humano importante detrás no lo repetiríamos. Al menos eso es lo que pienso ahora, 20 días después de terminar y aún a medio camino de estar totalmente recuperados. ¡Quién sabe si en un par de años cambiamos de idea y nos lanzamos a la carretera de nuevo!

Una cámara:

Tina: Yo me enamoré hace años de la Konica Hexar, aunque este año no la he usado. Confío que la nueva X100 de Fuji que está a punto de salir al mercado sea su versión digital.

Toru: Leica

Un fotógrafo:

Tina: Steve McCurry.

Toru: Joseph Koudelka.

Un consejo: Si tienes un sueño, ¡persíguelo!

Una fotografía: Buff … imposible decir una!

Zao

Por cierto, la entrevista del mes que viene será a Las coleccionistas y Enrique Meneses ya nos la ha confirmado para marzo 😉

Hazle una pregunta a Japan Photo Project

Al proyecto no, a Tina Bagué y Toru Moirmoto que son los que lo han realizado.


Ya os hablé de ellos en alguna ocasión. Se han pasado 2010 recorriendo Japón en su autocaravana y fotografiando hasta el último rincón del país. Han hecho 42000 Km y 60000 fotografías. Ahora, recién llegados a Barcelona, les vamos a entrevistar para que nos cuenten su experiencia.

Si no habéis seguido su blog, echad un vistazo a su web donde tenéis los proyectos, el recorrido que han realizado y por supuesto ¡muchísimas fotografías!

En esta ocasión tendréis hasta el viernes (7 de enero) para dejar vuestras preguntas aquí, en Facebook o mandármelas al email reinatoresano@gmail.com