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7 fotos que lo cambiaron todo para Magnum

Magnum Photos cumple 68 años de trayectoria y para celebrarlo ha pedido a 50 de sus miembros que elijan «la imagen que lo cambió todo». Cada uno ha elegido una imagen que ha supuesto un punto de inflexión en su carrera como creadores de imágenes. Hemos hecho una selección de las 7 que más nos han gustado.

Alex Webb

Alex Webb

Alex Webb, Haiti

El triste, vibrante, trágico y encantador país de Haití ha sido la clave de mi fotografía. Después de leer Los comediantes de Graham Green (que transcurre en Haití, que al mismo tiempo me aterraba y fascinaba) hice mi primer viaje en 1975. Fotografié en blanco y negro y pronto me di cuenta de que faltaba algo: no estaba capturando la sensación abrasadora de la luz y el calor –físico y quizás también metafísico- de este país, tan diferente a la gris desconfianza de Nueva Inglaterra, donde crecí.

No me ocupaba de la intensidad emocional de mi experiencia en esta tierra conflictiva. Así que cuando volví a Haiti cuatro años más tarde, decidí trabajar en color. A medida que vagaba por los pórticos del céntrico Port au Prince en 1979, recuerdo ver a este hombre con un ramo de juncos –increíblemente silueteado contra la vibrante pared roja- y justo un segundo hombre, en la sombra apareció de repente. Hice la foto y poco a poco empecé a darme cuenta de que era hora de dejar atrás el blanco y negro.

Alec Soth

Alec Soth

Alec Soth

En marzo de 1992, hice un viaje por carretera a lo largo del Mississippi con mi futura mujer Rachel y nuestra perra Tasha. Viajamos desde nuestra casa en Minneapolis a Memphis. Cada noche íbamos a la busca de un sitio discreto donde aparcar para poder dormir en nuestra furgoneta. Sacábamos todas nuestras bolsas y hacíamos una pequeña habitación. Una década más tarde, viajaría de nuevo por el Mississippi para mi primer libro, Sleeping by the Mississippi. Esta fotografía es como mirar a la semilla de la que brotó todo ese trabajo.

Chien-Chi Chang

Chien-Chi Chang

Chien-Chi Chang

Esta codiciada profesión es propensa a todo tipo de peligros inesperados. Algunos naturales: un traspié seguido de una caída por un barranco. Algunos políticos: alguna detención ocasional en la cárcel. Algunos personales: un colapso de agotamiento en un baño solitario de Nueva Zelanda. La lista continúa y estos percances se pueden considerar los normales, desafortunadas consecuencias de esta profesión. Pero el daño real, descubrí que estaba en casa, donde un matrimonio había muerto.

Alex Majoli

Alex Majoli

Alex Majoli

Hace mucho tiempo, cuando murió mi abuela, quise llevarle a su tumba algo más que las típicas flores, algo que me importaba en una época en la que acababa de descubrir lo que quería hacer con mi vida: ser fotógrafo. Así que llevé una copia de una fotografía de la que estaba orgulloso –una foto que le hice a mi primo desnudo cuando tenía unos quince años, en 1986. Me sentía bien con ese gesto. Pero, unas semanas después, oí que algunos familiares estaban molestos porque alguien había dejado una fotografía de un desnudo en la tumba de mi abuela, y que se había abierto una investigación. No sabía qué hacer, así que le dije a mi madre que había sido yo. Fue un enorme malentendido. Pero a día de hoy me gusta esta fotografía. Esa experiencia me enseñó algo sobre el impredecible poder de una fotografía. Cuando dejé la fotografía en la tumba de mi abuela, lo hice con buena intención y el gesto significaba algo muy concreto y personal para mí. Pero luego, una vez que la fotografía salió de mis manos y entró en el mundo, me di cuenta de que mis intenciones eran irrelevantes. El poder de la fotografía tomó una vida completamente nueva fuera de mi control.

Michael Christopher Brown

 

Michael Christopher Brown

Michael Christopher Brown

Esta fotografía la hice con un móvil fuera de una tienda de libros de Pekín en 2010. Vivía en China, haciendo viajes por carretera en mi furgoneta Jinbei. La experiencia y la novedad del teléfono eran emocionantes, pero no sabía que el teléfono me permitiera cambiar –de alguien que era utilizado por la fotografía a alguien que utilizaba la fotografía. Sin bolsas de equipo y el bagaje e historia del proceso fotográfico, era capaz de olvidarme de la fotografía y centrarme simplemente en la experiencia. En ese momento descubrí lo que necesitaba contar.

Peter Marlow

 

Peter Marlow

Peter Marlow. Aguas termales naturales en Kawayu. Japón, 1998.

Una mañana muy temprano de 2000, me arrastró fuera de la cama mi guía japonés, el increíblemente paciente Ito Kadowaki, que me condujo a través de este confuso y fascinante país. Anduvimos hasta el río, nos quitamos toda la ropa y nos hicimos camino hasta aguas termales que brotaban del centro de la corriente. Estaba en un punto de mi carrera en el que estaba aprendiendo que no necesitaba acontecimientos a los que dirigir mis fotografías. Fotografía y autoría se basan mucho en la confianza y yo comenzaba a comprender que podía ser menos intrusivo, dejar que las situaciones surgieran y ver fotografías en lo ordinario, en los momentos intermedios. Este momento en particular fue increíble: la niebla, el calor y el frío en el mismo lugar. Hacer una fotografía de mis pies es exactamente lo que conservo de esa experiencia. Ser fotoperiodista en esa situación no parecía lo correcto, y simplemente intenté mostrar mi propia experiencia pasando a ser parte de la fotografía. Hice lo que pude por mantener mi cámara telemétrica fuera del agua y simplemente echarme hacia atrás tranquilo, relajado y fotografiar mis pies.

En definitiva, intento que las fotos ocurran porque ahora tengo la confianza de que siempre lo harán. ¿Puede ser más sencillo?

Jacob Aue Sobol

Jacob Aue Sobol

Jacob Aue Sobol, Tiniteqilaaq, Groenlandia, 2001.

¿La foto que lo cambió todo? Cuando me enamoré de Sabine y me enseñó a bailar. Después de ese momento, dejé de hacer fotos para probar algo o ser atrevido. Después de ese momento, empecé a bailar. Sabine se había pintado los labios, se puso tacones y un vestido de lunares. Era el bautizo del primer bebé de su hermana. ‘Pegeeraava, ¿estoy guapa?’ me preguntó Sabine. Se levantó la falda enseñando sus bragas de estrellas y sus medias llenas de carreras. ‘Lorunaraalid. Estás preciosa’, le dije, cogiéndola y empezando a bailar. A menudo he mirado a Sabine bailar en salas de fiestas sin querer que yo me uniera. Pero ahora estábamos solos en casa de su tío, yo me entregué a los dos, al baile y a Sabine. Bailamos sobre las mesas, sillas y colchón. Cada vez más salvajes. A través de la ventana abierta podíamos escuchar el repiqueteo de las campanas de la iglesia pero Sabine insistía: “Aamma, aamma, gilinnermud ilinniardiiatsiikkid! ‘¡Más, más, deja que te enseñe a bailar!”

Todos los textos los hemos sacado de la web de Magnum Photos, donde podéis encontrarlos en inglés con las otras 43 fotografías que conmemoran este aniversario. Nos encantaría saber cuál es tu favorita, la que te ha movido más y con la que te sientes más identificado. Si  no está en nuestra lista, déjalo en los comentarios.

Cinco principios básicos Moisés Saman como fotógrafo

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Un niño se cubre los ojos en una tormenta de arena al sur de la ciudad Kandahar, Afganistán, 2005.

Como fotoperiodista, me interesa buscar las cosas positivas que tiene en común el espíritu humano, sacar a la luz esos momentos íntimos que nos recuerden la dignidad y la esperanza encarando el conflicto.

Cinco principios de Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Una pareja anda de la mano por una zona de Puerto Príncipe devastada por un terremoto. Haiti, 2010.

1.- Nunca estés demasiado cómodo con el trabajo que haces. No me refiero a ser negativo o inseguro pero siempre deberías esforzarte por ser mejor.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Afganos intentan ver al vicepresidente de Afganistán. Marja, Afganisthan, 2010.

2.- Sé humilde.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Soldados estadounidenses arrodillados delante de una cortina de humo de un helicóptero aterrizando. Marja, Afganistán, 2010.

3.- Aprende a cocinar, a montar a caballo, a hacer surf… Básicamente ten una vida fuera de tu trabajo que no tenga absolutamente nada que ver con la fotografía.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Niño con un rifle corre por el cementerio británico durante una tormenta de arena. Bagdad, Irak, 2003.

4.- Lee novelas, ve muchas películas, encuentra inspiración en la música, la literatura, la escultura y luego aplícalo a tu fotografía.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Columna de humo se levanta en Gaza durante un bombardeo israelí. Franja de Gaza, Palestina. 2009.

5.- Sé honesto.

Cinco principios básicos que guían a Moises Saman como fotoperiodista

Moisés Saman. Soldado estadounidense visto con unas gafas de visión nocturna. Khost, Afganistán, 2005.

Trabajo de Moisés Saman en Magnum Photos.

Fuente: IdeasTap

Cinco principios básicos que guían a Moisés Saman como fotógrafo

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Un niño se cubre los ojos en una tormenta de arena al sur de la ciudad Kandahar, Afganistán, 2005.

Como fotoperiodista, me interesa buscar las cosas positivas que tiene en común el espíritu humano, sacar a la luz esos momentos íntimos que nos recuerden la dignidad y la esperanza encarando el conflicto.

Cinco principios de Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Una pareja anda de la mano por una zona de Puerto Príncipe devastada por un terremoto. Haiti, 2010.

1.- Nunca estés demasiado cómodo con el trabajo que haces. No me refiero a ser negativo o inseguro pero siempre deberías esforzarte por ser mejor.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Afganos intentan ver al vicepresidente de Afganistán. Marja, Afganisthan, 2010.

2.- Sé humilde.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Soldados estadounidenses arrodillados delante de una cortina de humo de un helicóptero aterrizando. Marja, Afganistán, 2010.

3.- Aprende a cocinar, a montar a caballo, a hacer surf… Básicamente ten una vida fuera de tu trabajo que no tenga absolutamente nada que ver con la fotografía.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Niño con un rifle corre por el cementerio británico durante una tormenta de arena. Bagdad, Irak, 2003.

4.- Lee novelas, ve muchas películas, encuentra inspiración en la música, la literatura, la escultura y luego aplícalo a tu fotografía.

Cinco principios que guían a Moises Saman como fotógrafo

Moisés Saman. Columna de humo se levanta en Gaza durante un bombardeo israelí. Franja de Gaza, Palestina. 2009.

5.- Sé honesto.

Cinco principios básicos que guían a Moises Saman como fotoperiodista

Moisés Saman. Soldado estadounidense visto con unas gafas de visión nocturna. Khost, Afganistán, 2005.

Trabajo de Moisés Saman en Magnum Photos.

Fuente: IdeasTap

Gallo en el mercado de Alay. Gueorgui Pinkhassov

Gallo en el mercado de Alay. Gueorgui Pinkhassov

Mercado Alay, Tashkent, Gueorgui Pinkhassov, 1992.

He oído que muchos fotógrafos han intentado imitar esta fotografía desde que la hice hace 20 años. Creo que si pones todas esas imágenes en fila junto a ésta y le pides a alguien que elija la mejor, la mía no sería la primera, quizás fuese elegida como la peor.

Mi padre nació en Tashkent y, cuando hice esta foto, estaba allí con mi tío. Tenían gallinas en el jardín y lo acompañé al bazar Alay, el más antiguo de la ciudad, para comprar algunos polluelos. El viejo tejado estaba en ruinas y lleno de agujeros, cañonazos de intensa luz del sol brillaban por todos lados. La cabeza del gallo se movió a uno de esos rayos por casualidad. Lo vi y rápidamente cogí mi cámara y le hice una foto. No pensé en la composición, fue sólo una acto reflejo –como dijo Cartier-Bresson, un fotógrafo no debería pensar, simplemente usar su intuición. Casi todo el fondo y los detalles indeseados fueron arrojados a la sombra, escondiendo elementos superfluos.

La película que usé, una Kodachrome de 200 ASA, produjo un alto contraste y sacó muy bien los rojos, lo que ayudó. Normalmente hago muchas tomas, pero esta vez hice sólo tres fotografías; en la segunda, el gallo cerró los ojos y movió la cabeza en la tercera. Sentí que el gallo se aburría de tenerme allí y sentí cierta empatía por él. Cuando la miro ahora, el duro contraste entre la luz y la sombra, hace que parezca un fotomontaje. Parece como si la cabeza del gallo se hubiese pegado a otra foto.

Cuando empecé como fotoperiodista, trabajaba como cámara en el Mosfilm (Estudio cinematográfico famoso en Rusia). Mi vecina estaba estudiando periodismo y tenía que escribir una reseña de la película Solaris de Andrei Tarkovsky. Yo nunca había visto ninguna de sus películas y sólo había oído muy malas críticas. Me pidió que fuera con ella a una proyección y accedí reacio. Me dejó plantado y, aunque estaba cabreado, entré a ver la película de todas formas. Mis amigos me habían dicho que no aguantaría más de 15 minutos pero fui el único que se quedó en la sala hasta el final. Todo en aquella película me hablaba de alguna manera; sentí que había alguien que era completamente libre para expresarse a sí mismo a través de su arte.

Gallo en el mercado de Alay. Gueorgui Pinkhassov

Solaris, Andrei Tarkovsky, 1972

Solaris me cambió la vida: me acerqué a la fotografía desde una nueva perspectiva, mis tomas eran completamente diferentes a todas las que había hecho antes. Amigos que vieron mis nuevas fotos comentaron que parecían tarkovskianas, lo que me tomé como un halago. Nunca me imaginé llegar a conocer a Tarkovsky en persona, aunque trabajásemos en el mismo lugar. Tuve la suerte de que una amiga de mi novia era amiga suya y aceptó enseñarle mis fotos; me dijo que le habían gustado.

Cuando al final lo conocí, me sorprendí cuando me dijo que en realidad no le gustaba mi trabajo, que pensaba que el trabajo de Cartier-Bresson era la fotografía verdadera – fotoperiodismo, capturar el momento. Nunca había oído hablar de Cartier-Bresson; no era conocido en la URSS en aquella época. Tarkovsky me dijo que vivíamos en una sociedad cerrada, pero que las cosas podrían cambiar pronto y que necesitaríamos fotoperiodistas, no fotógrafos de paisaje. Seguí su consejo, cambié de dirección y salí con mi cámara Zorki y mi objetivo Russar. Fue difícil – la gente de la unión soviética era desconfiada y se sentía incómoda cuando la gente se acertaba a ellos- pero un mundo completamente nuevo se abrió para mí. Fui testigo de acontecimientos importantes. Tarkovsky me ayudó a convertirme en fotoperiodista.

Punto culminante: Ser nominado para entrar en la agencia Magnum. A veces me pregunto qué pensaría la gente de mi trabajo si no fuese miembro.

Gallo en el mercado de Alay.  Gueorgui Pinkhassov

En el río Yauza, Moscú, Gueorgui Pinkhassov, 1995

Traducción del artículo de Guardian My best shot

Gueorgui Pinkhassov. Caer en el caos

Gueorgui-Pinkhassov_2

Múrmansk, Rusia, 2006

Es absurdo cambiar el vector del caos. No deberíamos intentar controlarlo, sino caer en él.

Un artista no puede nutrirse de la obstinación. La curiosidad nos reduce al tamaño de la abertura del objetivo para que podamos introducirnos disimuladamente en lo desconocido. «Hasta ahora, nadie había conseguido llegar tan lejos» éste es el único halago para la imaginación insaciable. Perderse no es ningún pecado. Uno debería perder el rumbo, pero teniendo la certeza de que encontrará un camino de regreso.

A fin de cuentas, el regreso es lo más conmovedor, como los cazadores de Brueguel regresando al hogar, o el regreso del hijo pródigo de Rembrandt. Ésa es la esencia de todo, el final. Pero empieza, claro está, ¡por los pies!

Gueorgui Pinkhassov.

Gueorgui-Pinkhassov_3

Moscú, Rusia, 2002

Cita extraída de Magnum Magnum, Lunweg, 2011.

 

A lo mejor también te interesa:

– Reflexión de Gueorgui Pinkhassov sobre la fotografía.

– Citas: Gueorgui Pinkhassov

Clases magistrales de Steve McCurry (2/2)

Ésta es la segunda parte de las clases magistrales de un minuto que Steve McCurry dio en Phaidon.

6.-Cómo adaptarse a la calle.

Creo que es importante cuando viajas al extranjero ir con un guía o intérprete. Alguien que conozca la cultura y te pueda guiar si te saltas lo que es socialmente aceptable. Así, eres un poco más libre porque cuando vas solo muchas veces no sabes muy bien lo que la gente dice o piensa cuando te ve por la calle. Es mejor ir con alguien que te cubra las espaldas, vea la escena desde fuera y corrija tus errores.

Otra cosa importante es tener cierta confianza en saber que estás siendo respetuoso con la gente y no pasas por encima de ellos y es bueno estar siempre seguro de que no estás molestando. Es importante ser sensible a cómo te relacionas con la gente y desarrollar una especie de sabiduría callejera.

Steve McCurry

Ciudad azul. Steve McCurry. Jodhpur, Rajasthan, India.2010

 

7.- Cómo fotografiar situaciones estresantes

Creo que mi mejor consejo para fotografiar situaciones estresantes es intentar calmarte pero no pensarlo demasiado. Intentar poner un pie delante del otro y no pensar mucho más allá en la carretera. Dejar que tus instintos te guíen. He estado en guerras y sitios de conflicto y casi tengo un piloto automático porque si dejas que vuele tu imaginación contigo puedes agobiarte, ponerte demasiado nervioso y las cosas empezarían a fallar. Así que es mejor calmarte y pasar el momento en vez de pensar en la locura está ocurriendo a tu alrededor.

Steve McCurry

Caballo moribundo deambula por los campos de petróleo quemados de Al Ahmadi. Steve McCurry, Kuwait, 1991.

 

8.- ¿Qué hace que una fotografía sea realmente buena?

Las buenas fotografías son aquéllas que no puedes olvidar, que permanecen contigo, aquéllas de las que aprendes, las que te cambian. Fotografías que tienen una historia emocional. Por supuesto tienen que tener una buena composición, un buen diseño y, si son a color, un buen color pero creo que lo principal es que cuenten una historia interesante, algo que importe, algo que cambie tu punto de vista sobre el mundo, algo de lo que se pueda aprender.

Steve McCurry India

Taj Mahal y tren. Steve McCurry. Agra, India. 1983

 

9.- Sigue tu olfato

Una de las cualidades más importantes que un fotógrafo puede tener o desarrollar es una gran curiosidad por el mundo o el lugar donde está en ese momento. Si estás en un mercado en la calle, simplemente te dejas guiar por tu olfato. ‘¿Voy a la derecha, la izquierda, cómo es la luz?’ Simplemente tienes que dejarte llevar, seguir tu instinto y deambular. Es una aventura vagar por Sidi Youssef en Marrakech, El Cairo, Delhi o Hong Kong… Lo primero que deberías hacer es divertirte, explorar el lugar tú mismo y encontrar lo que es interesante y divertido.

Steve McCurry Cambodia

Monjes. Steve McCurry. Angkor Wat, Camboya. 1998.

 

10.- ¿Qué hacer si las cosas salen mal?

A veces, estás en la calle haciendo fotos y las cosas pueden salir mal. La gente se puede hacer una idea equivocada y ofenderse aunque tu intención no fuera ésa pero estas cosas pasan. Una vez estaba fotografiando la antigua estación de tren de Delhi, en India, y sin darme cuenta hice una foto a un hombre y su familia y se molestó mucho. Quería la película, la cámara… Tienes que resolver estas situaciones y disculparte rápidamente, intentando neutralizar la frustración y el enfado. Pero la cuestión principal es no verte envuelto en esa situación y por eso es verdaderamente importante estar atento a tu entorno y, si no estás familiarizado con la zona, trabajar con un buen traductor, guía o intérprete. Así que insisto en lo importante que es encontrar a alguien que te cubra las espaldas, que hable el idioma local y que pueda escuchar y entender lo que la gente dice y piensa.

Steve McCurry

Camapaña publicitaria de Louis Vuitton. Steve McCurry. 2011.

 

Web de Steve McCurry.

 

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Consejos de Steve McCurry a los jóvenes fotógrafos

Pie de foto: ‘Tormenta de arena’ de Steve McCurry

Citas: Steve McCurry

Consejos de algunos fotógrafos de Magnum (4/4)

Thomas Dworzak

Thomas Dworzak, Louisiana, Nueva Orleans, 4 de septiembre de 2005.

Thomas Dworzak

Intenta vivir algo intenso, en casa o en el extranjero… No importa. Pero tiene que entusiasmarte. Y una vez que sepas las bases, olvídate de la fotografía.

El trabajo de Thomas Dworzak en Magnum.

Jonas Bendiksen

Jonas Bendiksen, Mumbai, India, 2006.

Jonas Bendiksen

Tírate por un acantilado. (Hablo en sentido figurado) La fotografía es un lenguaje. Piensa en lo que quieres contar con ella. ¿Qué te interesa? ¿Qué preguntas quieres hacer? Luego, ve a por ello y vuélcate a hablar sobre ese tema usando la fotografía. Crea una obra sobre eso.

El trabajo de Jonas Bandiksen en Magnum.

John Vink

John Vink, Love Parade, Berlín, Alemania, 1997.

John Vink

No dejes nunca de cuestionarte a ti mismo (te hará menos arrogante). Dispara. Dispara, rasca, cava… Dispara más… Y déjalo cuando ya no lo disfrutes… Pero sobre todo, respeta a aquéllos a quienes fotografías.

El trabajo de John Vink en Magnum y su web.

Lise Sarfati

Lise Sarfati, Oakland, California, 12 de Octubre de 2003

Lise Sarfati

Lee mucho y crea tu propio universo. Aprende a construir y crear series. No te dejes impresionar por el trabajo de otros. Intenta innovar o sé simplemente tú mismo.

El trabajo de Lise Sarfati en Magnum y su web.

Elliott Erwitt

Elliott Erwitt. Museo Metropolitano de Arte. Nueva York, 1988.

Elliott Erwitt

Aprende el oficio (lo que no es difícil). Estudia cuidadosamente el trabajo de fotógrafos y pintores clásicos. Ve y aprende de las películas. Mira dónde puedes encajar como fotógrafo ‘comercial’. Comercial en el sentido de trabajar para otros y entregar un trabajo por encargo. Pero, sobre todo, mantén tu fotografía personal como una afición aparte. Si eres muy bueno y trabajas duro, te dará buenos resultados.

El trabajo de Elliott Erwitt en Magnum y su web.

Abbas

Abbas, Ciudad del Cabo, 1999

Abbas

Consigue un buen par de zapatos y enamórate.

Su trabajo en Magnum.

Fuente original.

 

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Carta de Sergio Larrain sobre la fotografía

Pie de foto: Monasterio budista por Martine Franck

monje budista, paloma, niño reencarnado

No suelo mirar mucho mis propias fotografías, pero ésta siempre me pone de buen humor. Fue un momento perfecto.

En 1996, estaba en Nepal en un monasterio budista fotografiando a los niños reencarnados. Cada uno tiene un maestro principal que normalmente conocía a la persona que se supone que se ha reencarnado en el niño –frecuentemente era su propio maestro- así que están muy unidos, con como relaciones casi maternas.

Los niños tienen que trabajar muy duro porque algún día serán maestros budistas y tendrán que enseñar a otros. Este chico estaba teniendo algunos problemas para recitar todos los mantras que tenía que memorizar. La paloma ya estaba revoloteando en la habitación. A los budistas les encantan los animales, así que estaban por todo el monasterio.

Llevaba allí una hora, sentada silenciosamente en una esquina, observando. Ni por un segundo imaginé que el pájaro podía posarse sobre la cabeza del monje. Ahí está lo milagroso de la fotografía, pruebas y capturas las sorpresas.

Estaba en el lugar apropiado en el momento oportuno, con el objetivo correcto. Si hubiese tenido el zoom puesto, no habría tenido tiempo de colocarme. De hecho, tenía dos leicas, una de 35 y otra de 50mm, las dos con la exposición ajustada a la luz y la 35mm hizo el trabajo.

La fotografía es de alguna manera un símbolo de paz y de la gente joven entendiéndose con los mayores. Aunque realmente no me di cuenta en ese momento, fue instintivo. Más adelante te das cuenta de lo que significa una fotografía.

Cuando volví, se la enseñe a un muy buen amigo mío, el fotógrafo Josef Koudelka, y me dijo: ‘Martine, si sólo hubieses traído esta fotografía de la India, tu viaje ya habría merecido la pena’.

 

Podéis encontrar el texto original en inglés en Guardian.

Martine Franck. Monasterio budista

Martine Franck

Martine Franck. Tulku Khentrul Lodro Rabsel (de 12 años) con su tutor Lhagyel. Bodnath, Nepal, 1996.

No suelo mirar mucho mis propias fotografías, pero ésta siempre me pone de buen humor. Fue un momento perfecto.

En 1996, estaba en Nepal en un monasterio budista fotografiando a los niños reencarnados. Cada uno tiene un maestro principal que normalmente conocía a la persona que se supone que se ha reencarnado en el niño –frecuentemente era su propio maestro- así que están muy unidos, con como relaciones casi maternas.

Los niños tienen que trabajar muy duro porque algún día serán maestros budistas y tendrán que enseñar a otros. Este chico estaba teniendo algunos problemas para recitar todos los mantras que tenía que memorizar. La paloma ya estaba revoloteando en la habitación. A los budistas les encantan los animales, así que estaban por todo el monasterio.

Llevaba allí una hora, sentada silenciosamente en una esquina, observando. Ni por un segundo imaginé que el pájaro podía posarse sobre la cabeza del monje. Ahí está lo milagroso de la fotografía, pruebas y capturas las sorpresas.

Estaba en el lugar apropiado en el momento oportuno, con el objetivo correcto. Si hubiese tenido el zoom puesto, no habría tenido tiempo de colocarme. De hecho, tenía dos leicas, una de 35 y otra de 50mm, las dos con la exposición ajustada a la luz y la 35mm hizo el trabajo.

La fotografía es de alguna manera un símbolo de paz y de la gente joven entendiéndose con los mayores. Aunque realmente no me di cuenta en ese momento, fue instintivo. Más adelante te das cuenta de lo que significa una fotografía.

Cuando volví, se la enseñe a un muy buen amigo mío, el fotógrafo Josef Koudelka, y me dijo: ‘Martine, si sólo hubieses traído esta fotografía de la India, tu viaje ya habría merecido la pena’.

 

Podéis encontrar el texto original en inglés en Guardian.

Citas: Burt Glinn

Creo que lo que tienes que hacer es descubrir la verdad esencial de cada situación y tener un punto de vista sobre ella.

Magnum Photos.

Maniquí, Guerra

Washington, 1968, escena callejera la mañana siguiente al asesinato de Martin Luther King