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Pie de foto: ‘Lorna’ por Chuck Close

Lorna es una de mis amigas artistas. Tiene una sonrisa muy contagiosa y unos labios muy sensuales – durante mucho tiempo, tuve una foto de sólo sus labios colgada en la pared. Me encanta la forma en la que su rostro emerge de la oscuridad y flota sobre el cuello y el pecho desenfocados. También, me encanta la forma en la que mira – la cantidad de cosas que hay en su cara. Luego está la calidad escultórica, casi como un Brancusi.

Es un daguerrotipo, solían llamarse “captadores de luz”. Tienen un rango desde el negro aterciopelado más oscuro y profundo hasta las altas luces más brillantes que se reflejan en tus ojos. Cada fotografía tiene un detalle increíble y muy poca profundidad de campo. Ahora, muchas veces, las fotos son tan grandes que pueden verlas 20 o 30 personas al mismo tiempo pero el daguerrotipo es la imagen más íntima que puede hacer una cámara porque es pequeña y sólo una persona puede verla.

También es un proceso muy lento. Una vez que la placa está preparada y la modelo posando, lo expones de la misma forma que harías con un carrete. La única diferencia es que es la imagen que obtienes es inversa. De algún modo, el daguerrotipo está hecho para el retratado – porque el modelo siempre se ha visto en el espejo, así que él siempre se ven bien y el resto mal.

Después, la placa se lleva al cuarto oscuro, donde se suspende en vapor de mercurio. Después de esto, se puede sacar de nuevo a la luz y lavarla, así que el modelo y tú veis la pieza antes de continuar. Suelo poner la placa en una bandeja de agua a mis pies mientras hago la siguiente toma.

Me gustan los daguerrotipos, no porque sean un proceso antiguo, sino porque, desde mi punto de vista, la fotografía nunca ha sido mejor de lo que era en 1840.

Traducción del articulo publicado en Guardian.


Chuck Close. Lorna

Lorna es una de mis amigas artistas. Tiene una sonrisa muy contagiosa y unos labios muy sensuales – durante mucho tiempo, tuve una foto de sólo sus labios colgada en la pared. Me encanta la forma en la que su rostro emerge de la oscuridad y flota sobre el cuello y el pecho desenfocados. También, me encanta la forma en la que mira – la cantidad de cosas que hay en su cara. Luego está la calidad escultórica, casi como un Brancusi.

Es un daguerrotipo, solían llamarse “captadores de luz”. Tienen un rango desde el negro aterciopelado más oscuro y profundo hasta las altas luces más brillantes que se reflejan en tus ojos. Cada fotografía tiene un detalle increíble y muy poca profundidad de campo. Ahora, muchas veces, las fotos son tan grandes que pueden verlas 20 o 30 personas al mismo tiempo pero el daguerrotipo es la imagen más íntima que puede hacer una cámara porque es pequeña y sólo una persona puede verla.

También es un proceso muy lento. Una vez que la placa está preparada y la modelo posando, lo expones de la misma forma que harías con un carrete. La única diferencia es que es la imagen que obtienes es inversa. De algún modo, el daguerrotipo está hecho para el retratado – porque el modelo siempre se ha visto en el espejo, así que él siempre se ven bien y el resto mal.

Después, la placa se lleva al cuarto oscuro, donde se suspende en vapor de mercurio. Después de esto, se puede sacar de nuevo a la luz y lavarla, así que el modelo y tú veis la pieza antes de continuar. Suelo poner la placa en una bandeja de agua a mis pies mientras hago la siguiente toma.

Me gustan los daguerrotipos, no porque sean un proceso antiguo, sino porque, desde mi punto de vista, la fotografía nunca ha sido mejor de lo que era en 1840.

Chuck Close.

Traducción del articulo publicado en Guardian.