«Haunted», nueva exposición en el Guggenheim de Bilbao
Haunted, a la caza del embrujo fotográfico
El Guggenheim Bilbao refleja la incorporación de la fotografía al arte, desde Rauschenberg a Marina Abramovic
«Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos» es el título del último gran fichaje de otoño del Guggenheim Bilbao, una exposición centrada en el impacto de la incorporación de la imaginería fotográfica a las prácticas artísticas del último medio siglo.
Tras el adiós de Anish Kapoor, la segunda planta del museo acoge más de centenar de obras, entre pinturas, vídeos, cine e instalaciones, que llevan la firma de artistas consagrados como Marina Abramovic, Cindy Sherman, Richard Prince, Christian Boltanski, Philippe Parreno, Richter o Jeff Wall, y que evidencian el paso de la fotografía a la categoría de arte.
El director general del Museo bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte, y los comisarios de la muestra, Jennifer Blessing y Nat Trotman, presentaron este viernes la muestra, una versión ampliada de la exhibida en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York hasta septiembre.
Entre las novedades destacan la serie de cuatro obras de gran formato realizadas por Jeff Wall en 2007 para el Deutsche Guggenheim de Berlín, así como una performance final de Tacita Dean, incluida en la presentación de Nueva York, pero que ha sido reconfigurada y completada para el museo bilbaíno.
Melancolía
Recién iniciados los sesenta, Robert Rauschenberg y Warhol incorporan fotografías y piezas periodísticas en sus pinturas cuestionando la noción del arte como expresión de un autor singular y heroico. El arte ficha para sí la fotografía. Un hito que «define la producción creativa desde entonces», señala el director del museo. Arranca la exposición con la obra sin título de Rauschenberg (1963), en el que introduce a su amigo Merce Cunningham bailando en un rectángulo blanco. A su lado, «Desastre naranja. Nº5», del mismo año, en la que Warhol serigrafía la imagen de una silla eléctrica vacía sobre fondo naranja.
Un aura de melancolía protagoniza las salas del edificio de Gehry. Las obras, expuestas por decenas, encarnan los traumas de la pérdida y «parecen embrujadas» por el pasado, la historia del arte y la difusión de los medios de reproducción, subrayaron los responsables de la muestra.
«Exploran la pulsión de un tiempo pasado que palpita en el arte contemporáneo que utiliza la imagen fija o en movimiento como lenguaje artístico», apunta Vidarte, para quien el arte de la fotografía encarna «el anhelo melancólico» por un pasado irrecuperable. Una exhibición sorprendente que sugiere otra interesante reflexión: ¿la fotografía como reproducción de la realidad o, más bien, como catalizador de experiencias?
Itziar Reyero. Día 05/11/2010
ABC.