Archive for the ‘ Textos ’ Category

Carta de Sergio Larrain sobre la fotografía

En el blog Ver para Creer, Alberto Alonso ha publicado una carta de Sergio Larrain, fotógrafo de Magnum, a su sobrino Sebastián Donoso. La verdad es que no tiene desperdicio. Espero que os guste.

Miércoles. Lo primero de todo es tener una máquina que a uno le guste, la que más le guste a uno, porque se trata de estar contento con el cuerpo, con lo que uno tiene en las manos y el instrumento es clave para el que hace un oficio, y que sea el mínimo, lo indispensable y nada más. Segundo, tener una ampliadora a su gusto, la más rica y simple posible (en 35 mm. la más chica que fabrica LEITZ es la mejor, te dura para toda la vida).

El juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas. Ir a Valparaiso, o a Chiloé, por las calles todo el día, vagar y vagar por partes desconocidas, y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren, ir a una parte que a uno le tinque, y mirar, dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto, DEJARSE LLEVAR por el gusto, mucho ir de una parte a otra, por donde te vaya tincando. De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas.

Luego que has vuelto a la casa, revelas, copias y empiezas a mirar lo que has pescado, todos los peces, y los pones con su scotch al muro, los copias en hojitas tamaño postal y los miras. Después empiezas a jugar con las L, a buscar cortes, a encuadrar, y vas aprendiendo composición, geometría. Van encuadrando perfecto con las L y amplias lo que has encuadrado y lo dejas en la pared. Así vas mirando, para ir viendo. Cuando se te hace seguro que una foto es mala, al canasto al tiro. La mejor las subes un poco más alto en la pared, al final guardas las buenas y nada más (guardar lo mediocre te estanca en lo mediocre). En el tope nada más lo que se guarda, todo lo demás se bota, porque uno carga en la psiquis todo lo que retiene.

Luego haces gimnasia, te entretienes en otras cosas y no te preocupas más. Empiezas a mirar el trabajo de otros fotógrafos y a buscar lo bueno en todo lo que encuentres: libros, revistas, etc. y sacas lo mejor, y si puedes recortar, sacas lo bueno y lo vas pegando en la pared al lado de lo tuyo, y si no puedes recortar, abres el libro o las revistas en las páginas de las cosas buenas y lo dejas abierto en exposición. Luego lo dejas semanas, meses, mientras te dé, uno se demora mucho en ver, pero poco a poco se te va entregando el secreto y vas viendo lo que es bueno y la profundidad de cada cosa.

Sigues viviendo tranquilo, dibujas un poco, sales a pasear y nunca fuerces la salida a tomar fotos, por que se pierde la poesía, la vida que ello tiene se enferma, es como forzar el amor o la amistad, no se puede. Cuando te vuelva a nacer, puede partir en otro viaje, otro vagabundeo: a Puerto Aguirre, puedes bajar el Baker a caballo hasta los ventisqueros desde Aysén; Valparaiso siempre es una maravilla, es perderse en la magia, perderse unos días dándose vueltas por los cerros y calles y durmiendo en el saco de dormir en algún lado en la noche, y muy metido en la realidad, como nadando bajo el agua, que nada te distrae, nada convencional. Te dejas llevar por las alpargatas lentito, como si estuvieras curado por el gusto de mirar, canturreando, y lo que vaya apareciendo lo vas fotografiando ya con más cuidado, algo has aprendido a componer y recortar, ya lo haces con la máquina, y así se sigue, se llena de peces la carreta y vuelves a casa. Aprendes foco, diafragma, primer plano, saturación, velocidad, etc. aprendes a jugar con la máquina y sus posibilidades, y vas juntando poesía (lo tuyo y lo de otros), toma todo lo bueno que encuentres, bueno de los otros. Hazte una colección de cosas óptimas, un museito en una carpeta.

Sigue lo que es tu gusto y nada más. No le creas más que a tu gusto, tu eres la vida y la vida es la que se escoge. Lo que no te guste a ti, no lo veas, no sirve. Tu eres el único criterio, pero ve de todos los demás. Vas aprendiendo, cuando tengas una foto realmente buena, las amplias, haces una pequeña exposición o un librito, lo mandas a empastar y con eso vas estableciendo un piso, al mostrarla te ubicas de lo que son, según lo veas frente a los demás, ahí lo sientes. Hacer una exposición es dar algo, como dar de comer, es bueno para los demás que se les muestre algo hecho con trabajo y gusto. No es lucirse uno, hace bien, es sano para todos y a ti te hace bien porque te va chequeando.

Bueno, con esto tienes para comenzar. Es mucho vagabundeo, estar sentado debajo de un árbol en cualquier parte. Es un andar solo por el universo. Uno nuevamente empieza a mirar, el mundo convencional te pone un biombo, hay que salir de él durante el período de fotografía.

 

A lo mejor también os interesa:

Consejos de algunos fotógrafos de Magnum (I)

Consejos de algunos fotógafos de Magnum (II)

Consejos de Steve McCurry a los jóvenes fotógrafos

Carta de Sergio Larraín a su sobrino

En el blog Ver para Creer, Alberto Alonso ha publicado una carta de Sergio Larraín, fotógrafo de Magnum, a su sobrino Sebastián Donoso. La verdad es que no tiene desperdicio. Espero que os guste.

Sergio Larraín

Sergio Larraín, Roma, Italia, 1959.

 

Miércoles. Lo primero de todo es tener una máquina que a uno le guste, la que más le guste a uno, porque se trata de estar contento con el cuerpo, con lo que uno tiene en las manos y el instrumento es clave para el que hace un oficio, y que sea el mínimo, lo indispensable y nada más. Segundo, tener una ampliadora a su gusto, la más rica y simple posible (en 35 mm. la más chica que fabrica LEITZ es la mejor, te dura para toda la vida).

El juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas. Ir a Valparaiso, o a Chiloé, por las calles todo el día, vagar y vagar por partes desconocidas, y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren, ir a una parte que a uno le tinque, y mirar, dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto, DEJARSE LLEVAR por el gusto, mucho ir de una parte a otra, por donde te vaya tincando. De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas.

Luego que has vuelto a la casa, revelas, copias y empiezas a mirar lo que has pescado, todos los peces, y los pones con su scotch al muro, los copias en hojitas tamaño postal y los miras. Después empiezas a jugar con las L, a buscar cortes, a encuadrar, y vas aprendiendo composición, geometría. Van encuadrando perfecto con las L y amplias lo que has encuadrado y lo dejas en la pared. Así vas mirando, para ir viendo. Cuando se te hace seguro que una foto es mala, al canasto al tiro. La mejor las subes un poco más alto en la pared, al final guardas las buenas y nada más (guardar lo mediocre te estanca en lo mediocre). En el tope nada más lo que se guarda, todo lo demás se bota, porque uno carga en la psiquis todo lo que retiene.

Luego haces gimnasia, te entretienes en otras cosas y no te preocupas más. Empiezas a mirar el trabajo de otros fotógrafos y a buscar lo bueno en todo lo que encuentres: libros, revistas, etc. y sacas lo mejor, y si puedes recortar, sacas lo bueno y lo vas pegando en la pared al lado de lo tuyo, y si no puedes recortar, abres el libro o las revistas en las páginas de las cosas buenas y lo dejas abierto en exposición. Luego lo dejas semanas, meses, mientras te dé, uno se demora mucho en ver, pero poco a poco se te va entregando el secreto y vas viendo lo que es bueno y la profundidad de cada cosa.

Sigues viviendo tranquilo, dibujas un poco, sales a pasear y nunca fuerces la salida a tomar fotos, por que se pierde la poesía, la vida que ello tiene se enferma, es como forzar el amor o la amistad, no se puede. Cuando te vuelva a nacer, puede partir en otro viaje, otro vagabundeo: a Puerto Aguirre, puedes bajar el Baker a caballo hasta los ventisqueros desde Aysén; Valparaiso siempre es una maravilla, es perderse en la magia, perderse unos días dándose vueltas por los cerros y calles y durmiendo en el saco de dormir en algún lado en la noche, y muy metido en la realidad, como nadando bajo el agua, que nada te distrae, nada convencional. Te dejas llevar por las alpargatas lentito, como si estuvieras curado por el gusto de mirar, canturreando, y lo que vaya apareciendo lo vas fotografiando ya con más cuidado, algo has aprendido a componer y recortar, ya lo haces con la máquina, y así se sigue, se llena de peces la carreta y vuelves a casa. Aprendes foco, diafragma, primer plano, saturación, velocidad, etc. aprendes a jugar con la máquina y sus posibilidades, y vas juntando poesía (lo tuyo y lo de otros), toma todo lo bueno que encuentres, bueno de los otros. Hazte una colección de cosas óptimas, un museito en una carpeta.

Sigue lo que es tu gusto y nada más. No le creas más que a tu gusto, tu eres la vida y la vida es la que se escoge. Lo que no te guste a ti, no lo veas, no sirve. Tu eres el único criterio, pero ve de todos los demás. Vas aprendiendo, cuando tengas una foto realmente buena, las amplias, haces una pequeña exposición o un librito, lo mandas a empastar y con eso vas estableciendo un piso, al mostrarla te ubicas de lo que son, según lo veas frente a los demás, ahí lo sientes. Hacer una exposición es dar algo, como dar de comer, es bueno para los demás que se les muestre algo hecho con trabajo y gusto. No es lucirse uno, hace bien, es sano para todos y a ti te hace bien porque te va chequeando.

Bueno, con esto tienes para comenzar. Es mucho vagabundeo, estar sentado debajo de un árbol en cualquier parte. Es un andar solo por el universo. Uno nuevamente empieza a mirar, el mundo convencional te pone un biombo, hay que salir de él durante el período de fotografía.

Sergio Larraín

Residencia del artista. Sergio Larraín, París, Francia, 1959.

 

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Taryn Simon. An American Index of the Hidden and Unfamiliar

Hace tiempo que tenía ganas de poner algo de Taryn Simon pero al ir sus fotos siempre acompañadas de texto, me resultaba complicado por el hecho de tener que traducir un texto por fotografía, pero hoy he encontrado una solución. Éste un fragmento de la transcripción de una conferencia que dio Taryn Simon en Julio del 2009 para TEDGlobal. En ella, la fotógrafa va explicando algunas de las imágenes que componen su genial trabajo An American Index of the Hidden and Unfamiliar.

El 90 por ciento de mi proceso fotográfico no es, de hecho, fotográfico. Incluye una campaña en la que escribo cartas, investigo y hago llamadas telefónicas para llegar a mis personajes, que van desde líderes de Hamas en Gaza hasta un oso negro hibernando en su cueva de Virginia Occidental. La más extraña carta de rechazo que he recibido vino de Walt Disney World, un lugar aparentemente inocuo.

Decía, sólo leeré una frase, «Especialmente en estos tiempos violentos, personalmente creo que la magia que sienten nuestros visitantes debe ser protegida ya que les provee una fantasía importante adonde pueden escaparse».

La fotografía amenaza la fantasía. No permitieron que ingresara mi cámara porque confronta constructos de realidades, mitos y creencias y ofrece lo que parece ser la evidencia de una verdad. Pero múltiples verdades se anexan a cada imagen, dependiendo de la intención del creador, del observador y del contexto en que se presenta.

Durante cinco años, después del 11 de septiembre, cuando los medios y el gobierno de EE.UU. buscaban lugares ocultos y desconocidos más allá de sus fronteras, especialmente armas de destrucción masiva, yo decidí mirar hacia adentro, hacia lo que era parte integral de los cimientos de EE.UU., de su mitología y trajinar cotidiano. Quería confrontar los límites del ciudadano, tanto autoimpuestos como reales, y confrontar la brecha entre el acceso privilegiado y el acceso público al conocimiento.

Fue un momento crítico de la historia de EE.UU. y de la historia mundial cuando sentíamos que no había acceso a información precisa. Y yo quería ver el centro con mis propios ojos, pero lo que obtuve fue una fotografía. Es sólo otro lugar para observar y entender que no existen privilegiados que todo lo saben. Y el que mira desde afuera nunca alcanza la esencia.

Mostraré algunas de las fotografías de esta serie. Su título es Un índice estadounidense de lo oculto y desconocido. Está compuesto por casi 70 imágenes. En este contexto, les mostraré algunas.

Éste es un almacén de encapsulamiento de desechos nucleares. en Hanford, en el estado de Washington, donde hay más de mil novecientas cápsulas de acero inoxidable con desechos nucleares sumergidas en el agua. Si alguien se colocara frente a una cápsula desprotegida, moriría instantáneamente. Entre todas estas secciones, yo encontré una que se parece a la silueta de los Estados Unidos de América. Pueden verla aquí.

Parte importante del trabajo que está casi ausente en este contexto es el texto. Entonces, he creado estos dos polos. Cada imagen se acompaña por un texto fáctico, muy detallado. Lo que más me interesa es el espacio invisible entre un texto y la imagen que lo acompaña, y cómo la imagen es transformada por el texto, y el texto por la imagen. Entonces, se espera que la imagen se aleje flotando hacia la abstracción, múltiples verdades y fantasías. Entonces el texto funciona como un ancla cruel que lo amarra a la realidad. Pero aquí me limitaré a leer una versión abreviada de esos textos.

Ésta es una unidad de criopreservación. Y guarda los cuerpos de la esposa y la madre de Robert Ettinger, pionero de la criogénesis, quien esperaba despertar en una vida extendida, con buena salud y avances en ciencia y tecnología. Todo por el costo de 35 mil dólares, eternamente.

Ésta es una mujer palestina de 21 años sometida a una himenoplastía. La himenoplastía es una cirugía que restaura el estado virginal, para cumplir con ciertas expectativas culturales sobre la virginidad y el matrimonio. En resumen, se reconstruye un himen roto, permitiéndole sangrar durante el acto sexual, para simular la pérdida de virginidad.

Ésta es una sala de simulación de deliberación de jurado, y podemos ver que detrás del espejo de dos caras están los asesores en una habitación. Ellos observan las deliberaciones después de juicios ficticios para asesorar a sus clientes sobre su estrategia y obtener el resultado esperado. Este proceso cuesta 60 mil dólares.

Ésta es una sala de la aduana de EE.UU., una sala de contrabando, en el aeropuerto John F. Kennedy. En esa mesa vemos lo que se recopila en 48 horas de bienes confiscados a pasajeros al entrar a EE.UU. Aquí vemos la cabeza de un cerdo y ratas africanas. Parte de mi trabajo fotográfico no es sólo documentar lo que está allí. Me permito ciertas libertades e intervengo. Quería que se pareciera a una naturaleza muerta. Así que estuve un rato con los olores y los objetos.

Éste es el arte exhibido en las paredes de la CIA en Langley, Virginia, su cuartel general original. La CIA tiene un largo historial de agendas diplomáticas culturales, secretas y públicas. Se especula que algunos de sus intereses en las artes se diseñaron para contrarrestrar el comunismo soviético, y promover el pensamiento y la estética pro estadounidenses. Una de las formas artísticas que interesaron a la agencia, causando su cuestionamiento, es el expresionismo abstracto.

Ésta es la instalación de Investigación de Antropología Forense. y en un terreno de dos hectáreas puede haber unos 75 cadáveres en cualquier momento, que son estudiados por antropólogos e investigadores forenses para monitorear la velocidad de descomposición de los cadáveres. En esta fotografía, el cadáver de un niño fue usado para reconstruir la escena de un crimen.

Ésta es la única instalación con financiamiento federal donde es legal el cultivo de cannabis para la investigación científica en EE.UU. Se investiga la cosecha de marihuana.

Y parte de lo que espero mostrar es que existe una entropía que confunde y no hallamos una explicación sobre por qué estas cosas parecen saltar del gobierno a la ciencia, de la religión a la seguridad — y casi no podemos entender cómo se distribuye la información.

Éstos son cables submarinos de comunicación transatlántica que atraviesan el fondo del Océano Atlántico, conectando a Norteamérica con Europa. Llevan más de 60 millones de conversaciones simultáneas. En muchas instalaciones oficiales y tecnológicas había una vulnerabilidad muy aparente. Esto es casi cómico, porque parecía posible interrumpir todas esas conversaciones con un simple corte. Pero había la impresión de que sucedió hace 30 o 40 años, durante la Guerra Fría y no se veía ningún progreso.

Ésta es una edición de la revista Playboy en braille. Esta es… una división de la Biblioteca del Congreso presta un servicio bibliotecario gratuito para los ciegos y disminuídos visuales. Las publicaciones que escogen editar se basan en su popularidad entre los lectores. Y Playboy siempre está entre las favoritas. Pero, es sorprendente, no incluyen las fotografías. Es sólo el texto.

Ésta es una instalación de cuarentena aviar donde todas las aves importadas que entran a EE.UU. deben cumplir una cuarentena de 30 días, y se someten a pruebas de enfermedades incluyendo la enfermedad de Newcastle y la influenza aviar.

Todos los tigres blancos que viven en Norteamérica son resultado de endogamia selectiva — eso sería madre a hijo, padre a hija, hermana a hermano — para que surjan las condiciones genéticas que crean un tigre blanco comercializable. con pelaje blanco, ojos azul hielo, una nariz rosada. La mayoría de estos tigres blancos no nacen en estado comercializable, y los matan al nacer. Es un proceso muy violento y poco conocido. Sabemos que el tigre blanco es útil en entretenimientos. Kenny nació. Logró llegar hasta la madurez. Ya ha muerto, pero tenía retraso mental y severas anomalías óseas. (…)

Esto es virus VIH vivo en la facultad de medicina de Harvard, que trabaja junto al Gobierno de EE.UU. en el desarrollo de inmunidad de esterilización. (…)

El misterio del pezón desaparecido. Joan Fontcuberta.

En la escala que media entre el suceso y el público, el fotoperiodista ocupa justamente el eslabón más débil y por ello asume la principal carga de condenas y castigos. En el mundo de la prensa, cuando planteamos el “¿quién ha sido?”, se suele señalar directa y espontáneamente al fotógrafo aun cuando agencias y medios realizan “manipulaciones” tanto o más flagrantes, que se justifican como acatamiento de políticas editoriales, simpatías ideológicas, lógicas mercantilistas o presiones de lobbies. En la cima de estas manipulaciones está su poder como gatekeepers, o sea, guardianes de la puerta, para decidir qué constituye noticia y a qué parte del planeta hemos de fijar nuestra atención: forjar en definitiva la opinión pública seleccionando unos contenidos y no otros dentro del inmenso caudal de actualidad posible.

El misterio del pezón desaparecido, Joan Fontcuberta.

Artículo completo en pdf.

Introducción a La cámara de Pandora.

Texto de Diane Arbus para la beca Guggenheim en 1963

Quiero fotografiar las ceremonias importantes de nuestro presente porque viviendo aquí y ahora tendemos a percibir sólo lo que es azaroso, estéril, sin forma. Mientras lamentamos que el presente no es como el pasado y abandonamos la esperanza de que se convierta en algún futuro, sus hábitos innumerables, inescrutables yacen en espera de su significado. Los quiero recolectar como la abuela de alguien que guarda conservas porque van a haber sido tan hermosos.

Hay ceremonias de celebración (Los Shows, los Festivales, las Fiestas, las Convenciones) y las ceremonias de competencia (Concursos, Juegos deportivos), las ceremonias de comprar y vender, de apostar, de la ley y el show; las ceremonias de fama en las que los ganadores ganan y los suertudos son elegidos o las ceremonias de familia o encuentros (las Escuelas, los Clubs, los Encuentros).

Después están los Lugares Ceremoniales (el salón de la peluquería, el salón de la funeraria o simplemente, el salón) y los trajes ceremoniales (lo que usa una camarera, o los luchadores), ceremonias de los ricos, como un show de perros y de la clase media, como el juego de bridge. O por ejemplo: la lección de baile, la graduación, la cena de compromiso, la sesión de espiritismo, el gimnasio, el picnic. Y quizás, la sala de espera, la fábrica, el baile de máscaras, el ensayo, la iniciación, el lobby del hotel y la fiesta de cumpleaños. Etcétera.

Escribiré lo que sea necesario para una mayor descripción y dilucidación de estos ritos, iré hasta donde pueda para encontrarlos. Estos son nuestros síntomas y nuestros monumentos. Quiero simplemente guardarlos, porque lo que es ceremonioso y curioso y lugar común será legendario.

Diane Arbus Beca Guggenheim

Niño juega con una granada de juguete en el Central Park. Diane Arbus, Nueva York., 1961.

Texto de Diane Arbus para la beca Guggenheim en 1963.

Quiero fotografiar las ceremonias importantes de nuestro presente porque viviendo aquí y ahora tendemos a percibir sólo lo que es azaroso, estéril, sin forma. Mientras lamentamos que el presente no es como el pasado y abandonamos la esperanza de que se convierta en algún futuro, sus hábitos innumerables, inescrutables yacen en espera de su significado. Los quiero recolectar como la abuela de alguien que guarda conservas porque van a haber sido tan hermosos.

Hay ceremonias de celebración (Los Shows, los Festivales, las Fiestas, las Convenciones) y las ceremonias de competencia (Concursos, Juegos deportivos), las ceremonias de comprar y vender, de apostar, de la ley y el show; las ceremonias de fama en las que los ganadores ganan y los suertudos son elegidos o las ceremonias de familia o encuentros (las Escuelas, los Clubs, los Encuentros).

Después están los Lugares Ceremoniales (el salón de la peluquería, el salón de la funeraria o simpelemente, el salón) y los trajes ceremoniales (lo que usa una camarera, o los luchadores), ceremonias de los ricos, como un show de perros y de la clase media, como el juego de bridge. O por ejemplo: la lección de baile, la graduación, la cena de compromiso, la sesión de espiritismo, el gimnasio, el picnic. Y quizás, la sala de espera, la fábrica, el baile de máscaras, el ensayo, la iniciación, el lobby del hotel y la fiesta de cumpleaños. Etcétera.

Escribiré lo que sea necesario para una mayor descripción y dilucidación de estos ritos, iré hasta donde pueda para encontrarlos. Estos son nuestros síntomas y nuestros monumentos. Quiero simplemente guardarlos, porque lo que es ceremonioso y curioso y lugar común será legendario.

Poema de Howard Nemerov a su hermana Diane Arbus.

To D- dead by her own hand

My dear, I wonder if before the end
You ever thought about a childen’s game-
I’m sure you must have played it too- in which
You ran along a narrow a garden wall
Pretending it to be a mountain ledge
So steep a snowy darkness fell away
On either side to deeps invisible;
And when you felt your balance being lost
You jumped because you feared to fall, and thought
For only one instant: That was when I died.
That was a life ago. And now you’ve gone,
Who would no longer play the grown-ups’game
Where, balanced on the ledge above the dark,
you go on running and you don’t look down,
Nor ever jump because you fear to fall.

***

Autorretrato de Diane Arbus

Para D, muerta por su propia mano

Mi niña, me pregunto si antes del final
Pensaste alguna vez en ese juego de críos-
Al que seguro tú también jugaste- en el que
Corrías sobre el estrecho muro del jardín
Imaginándote que era un precipicio
Una oscuridad de nieve que se precipitaba
Al vacío, por ambos lados invisible
Y cuando sentías que perdías el equilibro
Saltabas por temor a caer, y pensabas
por un instante: justo ahora, es ahora cuando muero.
De eso hace una eternidad. Ahora ya no estás
Ya no jugarás a ese juego de los adultos
En el que sobre la oscuridad y al borde del precipicio
Sigues corriendo sin mirar abajo
Y donde nunca saltas por miedo a caer.

Tengo que dar las gracias a Gloria por su traducción :*

Poema de Howard Nemerov a su hermana Diane Arbus

Diane Arbus

Diane Arbus

 

To D- dead by her own hand

My dear, I wonder if before the end
You ever thought about a childen’s game-
I’m sure you must have played it too- in which
You ran along a narrow a garden wall
Pretending it to be a mountain ledge
So steep a snowy darkness fell away
On either side to deeps invisible;
And when you felt your balance being lost
You jumped because you feared to fall, and thought
For only one instant: That was when I died.
That was a life ago. And now you’ve gone,
Who would no longer play the grown-ups’game
Where, balanced on the ledge above the dark,
you go on running and you don’t look down,
Nor ever jump because you fear to fall.

***

Diane Arbus

Diane Arbus. Autorretrato

Para D, muerta por su propia mano

Mi niña, me pregunto si antes del final
Pensaste alguna vez en ese juego de críos-
Al que seguro tú también jugaste- en el que
Corrías sobre el estrecho muro del jardín
Imaginándote que era un precipicio
Una oscuridad de nieve que se precipitaba
Al vacío, por ambos lados invisible
Y cuando sentías que perdías el equilibro
Saltabas por temor a caer, y pensabas
por un instante: justo ahora, es ahora cuando muero.
De eso hace una eternidad. Ahora ya no estás
Ya no jugarás a ese juego de los adultos
En el que sobre la oscuridad y al borde del precipicio
Sigues corriendo sin mirar abajo
Y donde nunca saltas por miedo a caer.