Posts Tagged ‘ Infancia ’

Julie Blackmon. Mind Games

julie blackmon

De la serie Mind Games

He fotografiado a mis tres hijos, sus primos y amigos centrándome en el tema del juego. Me intriga el juego por el lado oscuro y misterioso de este mundo inventado, así como por la intensificación de la belleza y el asombro. Son elementos fantásticos donde se encuentran similitudes con nuestros sueños, deseos y miedos, no importa la edad que tengamos. El reto ha sido fotografiar a mis hijos y otros niños en una alquimia artística, aliada con la imaginación infantil, y trasformar a estos niños conocidos en seres fantásticos y maravillosos que extienden la frontera de la imaginación de los que les miran y, al mismo tiempo, les hacen considerar las maravillas de la vida diaria.

Julie Blackmon

De la serie Mind Games

Mind Games, Julie Blackmon

De la serie Mind Games

Julie Blackmon, Mind Games

De la serie Mind Games

Julie Blackmon

Fuente: Moon City Review

Premios Unicef 2011

Ya han salido los premios Unicef 2011, entre ellos tenemos un español, JM López, que ha ganado el segundo. Aquí os dejo la traducción los textos que acompañan los tres primeros premios en la web de Unicef, donde también podéis ver las menciones de honor.

Primer Premio: ‘Niños de Sodoma’ de Kai Löffelbein

Estamos acostumbrados a recoger el papel usado, las botellas, etc. y llevar los aparatos electronicos a puntos de reciclaje o de vuelta al fabricante. Haciendo esto sentimos que administramos nuestros recursos sensatamente. (Aunque quizás no sea muy sensato seguir comprando cosas nuevas constantemente). Pero muchas veces no queda claro, a pesar de las prohibiciones legales, adónde van realmente nuestros aparatos. De acuerdo a las estimaciones de Naciones Unidas, alrededor de 100.000 toneladas de residuos electrónicos se exportan, por ejemplo, de Alemania a África cada año.

‘Sodoma y Gomorra’ es cómo llaman a los vertederos de residuos tóxicos en el barrio Agbogbloshie de Accra, capital de Ghana. Es donde niños y adolescentes desmontan ordenadores, teléfonos móviles, televisiones y otros aparatos y queman los sistemas electrónicos para conseguir metales valiosos. El aire se llena de vapores nocivos; plomo, cadmio, zinc, cromo, niquel y otras sustancias químicas son emitidas dañando la salud de todo aquel que las inhala: dolores de cabeza, mareos, erupciones cutáneas y daños en el sistema nervioso son las consecuencias. Sin mencionar los residuos altamente tóxicos que contaminan la tierra. El fotógrafo alemán Kai Löffelbein ha sido testigo de toda la complejidad del problema: en teoría, el contenido de los residuos electrónicos como oro, plata y paladio se debería reciclar en países industrializados como materias primas valiosas. Y técnicamente, en gobierno ghanés debería prohibir la importación de este tipo de residuos. Pero no existe esa prohibición porque la gente puede hacer dinero comerciando con la chatarra. Pero, al final, todo se trata del principio de que ‘el que contamina paga’. Aquellos que crean el problema son los responsables de tratar los residuos de manera sostenible. Es nuestra responsabilidad.

Texto original y reportaje completo.

Segundo Premio: ‘Sequía, pobreza y hambre’ de JM López.

Marisela tiene seis años y medio y pesa 9 kg. Alex tiene seis meses y pesa 3 kg, Maira tiene dieciséis años y pesa 20kg. Son tres de los muchos niños que están por debajo de su peso en el este de Guatemala sufren de malnutrición severa en el llamado ‘corredor seco’. Debido a la falta de nutrientes vitales en los periodos más importantes de su crecimiento, estos niños sufren daños físicos y psíquicos irreversibles.

Durante su investigación en las provincias de Jalapa, Chiquimula y Zacapa, el fotógrafo español JM López se encontraba contínuamente con los mismos problemas: incremento de la sequía en las tierras ya de baja calidad de que disponen los campesinos debido al cambio climático y a las décadas de retraso en la reforma agraria. El 15 por ciento de la población todavía posee el 70 por ciento de las tierras de cultivo del país.

Aparte de las instituciones en las que JM López ha tomado fotos y de la ayuda médica temporal que provee de suministro de nutrientes, es obvio que la mejora sostenible de las condiciones de vida en Guatemala sólo se puede conseguir con un cambio estructural y político global. Por lo tanto, Unicef junto con organizaciones afiliadas y el gobierno guatemalteco tienen como objetivo reducir la malnutrición crónica en niños menores de cinco años en un 10% para el 2014 así como garantizar acceso a servicios médicos para niños y mujeres embarazadas. En concreto, esta campaña se centrará en 130 comunidades con los indicadores sociales más bajos y los mayores porcentajes de pobreza y de población rural indígena.

Texto original y reportaje completo.

Tercer Permio: ‘La línea de polio en la arena’ de Mary F. Calvert

Kano es la capital del estado con el mismo nombre en Nigeria. Poliomelitis, normalmente abreviado a polio y también llamado parálisis infaltil, es una enfermedad viral incurable. ¿Qué tienen que ver Kano y Polio entre ellas? En 2002, el fanatismo religioso islámico combinó la falta de conocimiento con una campaña de odio contra la influencia occidental que llevó a Kano rechazar la campaña de la Organización Mundial de la Salud contra el polio. Se extendió el rumor de que le habían echado a la vacuna drogas que provocaban antifertilidad e incluso que Occidente las usaba para extender el SIDA. Las consecuencias fueron fatales: después de cuatro años de desinformación, más de 3000 niños contrajeron la polio. Pero la gran cantidad de niños que sufrían permanentes problemas de salud hicieron cambiar de idea hasta los líderes con más prejuicios. Ahora, apoyan las vacunas preventivas. Junto a otras organizaciones, Unicef ha estado llevando a cabo campañas de información y concienciación que han demostrado ser muy efectivas: de 2009 a 2010, el número de casos de polio en Nigeria, han descendido en un 95%.

Capturar la reivindicación del derecho a la integridad física y a la buena salud, en particular en mujeres y niños, ha sido la motivación principal que está detrás de las imágenes más impresionantes que la fotógrafa americana Mary F. Calvert ha hecho en muchos años.

Texto original y reportaje completo.

Nan Goldin habla sobre su último trabajo en el que retrata la infancia

Ya no fotografío adultos tanto como antes. No tengo hijos y psicológicamente la obsesión que tengo con ellos tiene bastante que ver con mis ganas de ser madre. Pero soy la madrina de los hijos de amigos por todo el mundo – en Berlín, Nueva York, Suecia e Italia. No recuerdo muy bien sobre lo que suponía ser una niña, así que quizás fotografiarlos me trae recuerdos. Son salvajes y mágicos, como llegados de otro planeta. Y todavía no están socialmente condicionados, así que pueden gritar y expresar sus sentimientos públicamente. A veces los envidio. Cuando estoy con un grupo de gente, los niños y yo nos miramos mutuamente y nos acabamos riendo de lo mismo sin mediar palabra.

He estado fotografiando niños desde principios de los ochenta y cada vez se ha ido convirtiendo en algo más importante. Veo un continuum en los hijos de mis amigos, algunos de los cuales han muerto. Es como esperar que mis amigos eduquen a un nueva especie de personas.

Los pases de diapositivas son el medio con el que mejor me expreso; son como películas que se pueden editar constantemente. Siempre van creciendo cuando los voy enseñando a lo largo de los años. Estas fotos son la segunda versión de un pase de diapositivas que expuse por primera vez en Atenas el año pasado. Las imágenes están editadas y sincronizadas con una banda sonora. La música era lo primero: todas las canciones las cantaban niños, excepto la primera que era sobre el embarazo.

Éste es uno de mis trabajos más optimistas: no se centra en la pérdida, la muerte o la oscuridad. En otros trabajos, he querido que la gente se desmayara, que vomitara o que llorara.También he querido tocarlos y hacerlos reír. Aquí no quiero que se mareen ni que vomiten, pero quiero sacar algo de esa nueva bruja puritana que caza a los niños y a su sexualidad. Todo el mundo ha salido del cuerpo de una mujer, y no debemos olvidarlo ni tenerle miedo. Me sorprende que haya tanta controversia sobre amamantar públicamente a un bebé, que se considere desagradable. O que sobre que los niños correteen desnudos, especialmente en Estados Unidos. Los niños no deberían asustarse de su propio cuerpo, es lo peor que puedes hacerle a un ser humano.

Algunas fotografías son recientes y otras de mi archivo. A todos los niños los conozco, mi sobrino, los gemelos de mi amiga Amanda, que he estado fotografiando desde 1989… Hay muchas fotos de Bruno, el chico con una carcomanía, que es el hijo de un amigo.  Hace poco encontré una nueva foto de él en la que aparece muy triste y realmente me conmueve.

En general, les encanta que les hagan fotos. Nunca preparo nada, cosa que a la gente le cuesta creer, pero es verdad. Simplemente dejo que los niños sean ellos mismos e intento averiguar quién son, y voy todo lo lejos que puedo. Me interesa cómo se identifican a sí mismos por el género. Creo que para ellos es algo fluido. Me atrae la melancolía que veo y cómo se refugian en su propio mundo. Me interesa la relación que tienen con sus padres – tanto si tienen una relación cercana como sentimientos encontrados. Hay una canción sobre un niño increíblemente cariñoso que no quiere que su madre se desnude: quiere cuidar de ella.

Me gustan los niños que se disfrazan. Probablemente mi fotografía favorita es la de mi hijastra Klara sobre una lata de pintura cantando envuelta en pañuelos. Siempre que iba a visitarlas, su hermana y ella se disfrazaban y hacían una actuación para mí.

El niño de camuflaje nació chica, pero decidió crecer como chico, después volvió a cambiar a los 15. La foto de la chica mirando a través de un agujero me recuerda mucho a mí misma, escondiéndome pero queriendo ver. El bebé en la almohada azul tenía como un año y cuando me miró sentí que sabía todo. Hay gente que dice que los niños saben todo y que la vida consiste en olvidar y quizás sea cierto. Saben algo que nosotros no sabemos porque acaban de salir del útero. Quería mostrar todo el desarrollo, así que he incluido bebés antes de que nacieran, como la de mi amiga embarazada riéndose en la bañera. Dio a luz aquella noche, cuando me fui y me gusta prensar que ese flash sacó al niño de su vientre.

No salgo con la cámara últimamente. No tengo la misma relación con ella. Nunca he considerado la fotografía como un arte elevado. Todo el mundo hace fotos, ahora hasta los teléfonos las hacen. Todo el tema digital me deprime mucho; mi proceso creativo ha desaparecido. Había un montón de cosas que podrían salir en la fotografía sin que lo supieras, cosas que no sabías que estaban ahí hasta que veías la fotografía; ahora todo es muy monótono. Y realmente nunca  me he considerado fotógrafa.

Creo que mi trabajo surge de una visión humanista del mundo, más que de una manipulación o versión teórica del arte. Trata de la gente y los lugares que amo, y eso me fascina.


Influencias: Cuando estaba empezando, John Cassavetes, Guy Bordin y August Sander. Ahora, Christer Stromholm y Anders Petersen.

Mejor consejo: No lo hagas. Hay demasiados fotógrafos. Intenta implicarte políticamente con algo que realmente importe.  Y a no ser que necesites hacer arte para seguir vivo, no lo hagas.

Momento culminante: Aprecio todo lo que va llegando y no sabía que vendrían más. Pero la retrospectiva en el Whitney, en 1996; el último libro que publiqué, The Beautiful Smile, y la exposición en el Louvre fueron momentos realmente culminantes.

Peor momento: Los últimos siete años, no he podido publicar un libro por un contrato y se me ha considerado una artista muerta.

El artículo original en inglés es de Guardian y aquí podéis ver más fotos.

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Nan Goldin habla sobre Cookie Mueller.

Nan Goldin. Infancia

Ya no fotografío adultos tanto como antes. No tengo hijos y psicológicamente la obsesión que tengo con ellos tiene bastante que ver con mis ganas de ser madre. Pero soy la madrina de los hijos de amigos por todo el mundo – en Berlín, Nueva York, Suecia e Italia. No recuerdo muy bien sobre lo que suponía ser una niña, así que quizás fotografiarlos me trae recuerdos. Son salvajes y mágicos, como llegados de otro planeta. Y todavía no están socialmente condicionados, así que pueden gritar y expresar sus sentimientos públicamente. A veces los envidio. Cuando estoy con un grupo de gente, los niños y yo nos miramos mutuamente y nos acabamos riendo de lo mismo sin mediar palabra.

He estado fotografiando niños desde principios de los ochenta y cada vez se ha ido convirtiendo en algo más importante. Veo un continuum en los hijos de mis amigos, algunos de los cuales han muerto. Es como esperar que mis amigos eduquen a un nueva especie de personas.

Los pases de diapositivas son el medio con el que mejor me expreso; son como películas que se pueden editar constantemente. Siempre van creciendo cuando los voy enseñando a lo largo de los años. Estas fotos son la segunda versión de un pase de diapositivas que expuse por primera vez en Atenas el año pasado. Las imágenes están editadas y sincronizadas con una banda sonora. La música era lo primero: todas las canciones las cantaban niños, excepto la primera que era sobre el embarazo.

Éste es uno de mis trabajos más optimistas: no se centra en la pérdida, la muerte o la oscuridad. En otros trabajos, he querido que la gente se desmayara, que vomitara o que llorara.También he querido tocarlos y hacerlos reír. Aquí no quiero que se mareen ni que vomiten, pero quiero sacar algo de esa nueva bruja puritana que caza a los niños y a su sexualidad. Todo el mundo ha salido del cuerpo de una mujer, y no debemos olvidarlo ni tenerle miedo. Me sorprende que haya tanta controversia sobre amamantar públicamente a un bebé, que se considere desagradable. O que sobre que los niños correteen desnudos, especialmente en Estados Unidos. Los niños no deberían asustarse de su propio cuerpo, es lo peor que puedes hacerle a un ser humano.

Algunas fotografías son recientes y otras de mi archivo. A todos los niños los conozco, mi sobrino, los gemelos de mi amiga Amanda, que he estado fotografiando desde 1989… Hay muchas fotos de Bruno, el chico con una carcomanía, que es el hijo de un amigo.  Hace poco encontré una nueva foto de él en la que aparece muy triste y realmente me conmueve.

En general, les encanta que les hagan fotos. Nunca preparo nada, cosa que a la gente le cuesta creer, pero es verdad. Simplemente dejo que los niños sean ellos mismos e intento averiguar quién son, y voy todo lo lejos que puedo. Me interesa cómo se identifican a sí mismos por el género. Creo que para ellos es algo fluido. Me atrae la melancolía que veo y cómo se refugian en su propio mundo. Me interesa la relación que tienen con sus padres – tanto si tienen una relación cercana como sentimientos encontrados. Hay una canción sobre un niño increíblemente cariñoso que no quiere que su madre se desnude: quiere cuidar de ella.

Me gustan los niños que se disfrazan. Probablemente mi fotografía favorita es la de mi hijastra Klara sobre una lata de pintura cantando envuelta en pañuelos. Siempre que iba a visitarlas, su hermana y ella se disfrazaban y hacían una actuación para mí.

El niño de camuflaje nació chica, pero decidió crecer como chico, después volvió a cambiar a los 15. La foto de la chica mirando a través de un agujero me recuerda mucho a mí misma, escondiéndome pero queriendo ver. El bebé en la almohada azul tenía como un año y cuando me miró sentí que sabía todo. Hay gente que dice que los niños saben todo y que la vida consiste en olvidar y quizás sea cierto. Saben algo que nosotros no sabemos porque acaban de salir del útero. Quería mostrar todo el desarrollo, así que he incluido bebés antes de que nacieran, como la de mi amiga embarazada riéndose en la bañera. Dio a luz aquella noche, cuando me fui y me gusta prensar que ese flash sacó al niño de su vientre.

No salgo con la cámara últimamente. No tengo la misma relación con ella. Nunca he considerado la fotografía como un arte elevado. Todo el mundo hace fotos, ahora hasta los teléfonos las hacen. Todo el tema digital me deprime mucho; mi proceso creativo ha desaparecido. Había un montón de cosas que podrían salir en la fotografía sin que lo supieras, cosas que no sabías que estaban ahí hasta que veías la fotografía; ahora todo es muy monótono. Y realmente nunca  me he considerado fotógrafa.

Creo que mi trabajo surge de una visión humanista del mundo, más que de una manipulación o versión teórica del arte. Trata de la gente y los lugares que amo, y eso me fascina.


Influencias: Cuando estaba empezando, John Cassavetes, Guy Bordin y August Sander. Ahora, Christer Stromholm y Anders Petersen.

Mejor consejo: No lo hagas. Hay demasiados fotógrafos. Intenta implicarte políticamente con algo que realmente importe.  Y a no ser que necesites hacer arte para seguir vivo, no lo hagas.

Momento culminante: Aprecio todo lo que va llegando y no sabía que vendrían más. Pero la retrospectiva en el Whitney, en 1996; el último libro que publiqué, The Beautiful Smile, y la exposición en el Louvre fueron momentos realmente culminantes.

Peor momento: Los últimos siete años, no he podido publicar un libro por un contrato y se me ha considerado una artista muerta.

El artículo original en inglés es de Guardian y aquí podéis ver más fotos.

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Infancia, Exposición de Isabel Muñoz.

Lo acabo de ver en Arte Spain.

En palabras de Muñoz, “Infancia es el trabajo de su vida“. La exposición reúne imágenes de niños en situaciones de marginalidad extrema; retratos de niños abandonados, que han sufrido abusos, refugiados y desterrados, madres adolescentes, afectados por enfermedades sin cura; realizados algunos en blanco y negro y otros en color.

El poder de las fotografías de Isabel Muñoz es impactante: más allá de las situaciones extremas de los niños, la fotógrafa logra captar la esperanza, la vida y la inocencia en el retrato de los peques. Son en total 200 fotografías, 80 de ellas en gran formato y 120 más pequeñas, todas tomadas de frente y a la altura de los pequeños grandes protagonistas.

Estará en CaixaForum, Barcelona, hasta el 29 de Agosto.

Isabel Muñoz. Infancia

Isabel Muñoz

Isabel Muñoz. Infancia

Infancia es un mapa de todo el mundo visto a través de los niños, de sus sueños, de sus objetos, de sus sitios secretos. (…) La idea era recorrer 20 países y mostrar 20 niños. (…) Ahora puedo decir que éste ha sido el trabajo más importante de mi vida. Poder trabajar con niños y poder ser testigo del trabajo que se ha hecho, poder dibujar con imágenes esos números que muestra Unicef, ha sido importante. Queda mucho por hacer, pero también hay que decir que se ha hecho mucho.

Isabel Muñoz

Isabel Muñoz, Infancia.

El ser humano no puede vivir sin esperanza, y un niño menos. Ellos son nuestro futuro. Infancia es un proyecto sobre la esperanza y sobre el futuro. (…) Hemos fotografiado la dignidad de los niños igual que cuando fotografías a un político en su palacio. Ellos nos mostraban sus «palacios». Encontrar todo eso era algo mágico, algo que nos regalaba la naturaleza. (…) Pienso que el retrato es la mejor forma para este trabajo. Pero es un retrato que va más allá. En primer lugar por el tema de los ojos. Fui a ver la exposición que se ha hecho sobre Infancia con niños y pensé que no se darían cuenta, pero lo primero que decían era lo que esos ojos les hablaban. Yo siempre digo que los ojos no mienten nunca. El retrato te mete de inmediato en el universo de cada uno de los niños. Tenía que ser el retrato.

La exposición Infancia de Isabel Muñoz podrá verse en el CaixaForum de Barcelona hasta el 29 de agosto.

 

Podéis leer la entrevista completa a Isabel Muñoz sobre este trabajo aquí.

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