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Nadav Kander. Yangtsé, The Long River

Nadav Kander, Yangtsé, El río largo

Chongqing IV. Picnic de domingo

Vive más gente a lo largo del río Yangtsé que en todo Estados Unidos. Así que en mi primer viaje a China, quise experimentar esto visitando Shangai y Chongqing, una ciudad gigantesca de 27 millones de personas, donde hice esta foto.

Fue en una parte sucia de la ciudad. Había un pequeño vertido tóxico que salía de una planta de acero hasta el Yangtsé. Estaba literalmente chisporroteando de químicos – en realidad, parecía que estaba lloviendo. Y justo al lado había una zona de picnic. Para la mayoría de la gente de Chongqing, es un lugar pintoresco para visitar; algunos incluso nadaban o pescaban. Esto me incomodaba, pero luego me di cuenta de que todos estaban disfrutando de un rato maravilloso – demostrando que las relaciones y la familia es lo que realmente importa.

Así que me acerqué a este grupo e instalé la cámara. Hice que pareciera que estaba fotografiando la escena de la izquierda, luego la giré hacia la derecha, esperé, e hice esta foto. Si hubiese pedido permiso, se habrían puesto de espaldas y todo habría sido diferente. Después les pregunté para estar seguro que de no les importaba. Ya estaba emocionado, sabía que la imagen funcionaría.

Empecé a interesarme por la migración en China, donde alrededor de 150 millones de personas se desplazan, trabajando constantemente, viendo muy poco a sus familias, a veces una vez al año. Así que empecé a fotografiar a individuos en un lugar y luego los transfería a otras fotografía, en una especie de ‘migración fotográfica’.

A la persona desenfocada del extremo de la mesa realmente le hice la foto en una zona de obras de Shangai. Lo puse encima del hombre que estaba sentado allí originalmente. El hecho de que el tipo a la derecha estuviera sentado en una silla muy parecida es sólo casualidad. Es una de las fotos más felices y placenteras que he hecho nunca.

Traducción de un artículo original de The Guardian.

Web de Nadav Kander.

 

Entrevista a Guan Zitian

管子天 Guan Zitian nació en 1978 en una aldea en el norte de China. En la actualidad trabaja en Beijing como director de documentales y fotógrafo freelance. Algunas de las pocas palabras suyas que podemos encontrar en la red, pertenecen a su declaración de artista:

Purposeless.
Not for fortune nor for fame.
Shooting no beggars.
Shooting no handicapped.
Shooting no reluctant subjects.
Neither recording misfortune of life, nor violating the privacy of others.
Only reveling in an affection to nature and the sensations of life.

(Ni para la fortuna ni para la fama. / No fotografío mendigos. / No fotografío discapacitados. / No fotografío temas llamativos. / No para registrar las desgracias de la vida o violar la privacidad de otros. / Sólo para complacerme en el cariño por la naturaleza y las sensaciones de la vida.)

No hay mucha información sobre ti en internet. ¿Puedes contarnos brevemente cómo fueron tus inicios en la fotografía? ¿Te formaste como fotógrafo o eres autodidacta?

Creo que el hecho de fotografiar es algo muy personal. Normalmente suelo rechazar casi todas las invitaciones que me envían a eventos y concursos fotográficos.

Era mal estudiante y nunca fui a la universidad. Creo que la fotografía no tiene porqué estudiarse, pero sí requiere de alguien sensible y anhelante.

Quería sacar fotos porque deseaba tener una cámara. Para mi familia era un lujo tener una, así que durante mi infancia solo pude hacer un par de fotos. Más tarde compré una cámara compacta digital, con la que empecé a hacer fotos diariamente de la gente de mi alrededor. Con el tiempo, todo el mundo comenzó a decirme que era bueno en eso de hacer fotos. Por aquella época yo ni siquiera sabía lo que era una cámara profesional.

Shooting no beggars. Shooting no handicapped. Shooting no reluctant subjects. Neither recording misfortune of life, nor violating the privacy of others.” Éstas son algunas de las palabras que podemos leer en tu declaración de artista. ¿Por qué decides no retratar esa parte no tan “bonita” de la vida?

Personalmente, no quiero forzarme a mi mismo ni quiero forzar a otros.

En lo profundo de mi ser, admiro los ambientes melancólicos y desesperados, que no tienen porqué relacionarse necesariamente con la gente pobre. A pesar de ello, prefiero expresarme de forma velada. Respeto a las personas y sus sentimientos. La gente forma parte de mi trabajo, no quiero que mis fotografías supongan otro sufrimiento más añadido.

En tu obra abundan los retratos de niños en un entorno rural. ¿Qué hay de ti en estas fotografías?

Una vez decidí volver a mi aldea natal. Me desilusionó el hecho de ver cambios significativos. Cada vez había menos niños, y por tanto, menos vitalidad. Desde ese momento decidí volver para hacer fotos a los niños. En realidad lo que estaba haciendo era fotografiar mi propia infancia, mi nostalgia de aquella época. Aunque sé que ya pasó, todavía me cuesta dejarlo ir y pasar página.

¿Te has encontrado con problemas a la hora de fotografiar a ciertas personas, los niños, por ejemplo?

Lo más difícil sin lugar a dudas es mi pereza y mi procrastinación. Lo demás no es ningún problema. Hay demasiadas cosas que distraen mi atención.

En tu vertiente paisajística nos muestras grandes extensiones de terreno desnudo, la mayoría de las veces de entornos rurales. ¿Te interesa más mostrar esta China que la de las grandes ciudades?

Quizá es porque me gusta la sensación de libertad que da la extensión de un horizonte ilimitado. Sin embargo, cuando estoy en situación, siento que cada vez estamos más perdidos, solos, desesperados e ignorantes.

La verdad es que el ritmo de la construcción en China se ha disparado, pero para mi sigue siendo algo fallido. Los cambios temporales inesperados que están asimilando las ciudades chinas están provocando que pierdan su identidad. De hecho, una vez intenté hacer un resumen grabado para explorar este tema, pero no soy muy fan de sumergirme en la ciudad. No quise forzarme a meterme en eso.

¿Cómo compaginas el vídeo y la fotografía? ¿Hay algún medio que te guste más que otro? 

Soy director y así es como me gano la vida. Es algo que tengo que hacer, me guste o no. Pero la fotografía es otra historia, es lo que amo realmente. Por eso hago fotos sólamente de lo que me gusta (nunca para satisfacer mi reputación o mi propio beneficio).

¿Tienes algún fotógrafo de referencia?

No conozco muchos fotógrafos, y tampoco soy muy entusiasta de ver trabajos de grandes autores. Mis grandes influencias son la poesía, la literatura y el budismo.

Creo que la reflexión sobre la realidad y la vida es mi mejor mentora.

¿Qué opinas de la fotografía asiática actual? 

Tengo un conocimiento muy limitado de los círculos fotográficos. Sin embargo, he visto algunos trabajos de fotógrafos contemporáneos en Internet. Muchos de ellos están limitados por la fotografía en sí misma, en lugar de utilizarla como una herramienta para pensar.

Para mi hay dos niveles de fotografía. El primero supone simplemente un festín para la vista, y el segundo se sumerge en tu corazón.

Todas las técnicas se vuelven lamentables y triviales con el tiempo.

El tiempo filtrará todo y hará que se quede lo clásico.

Puedes leer la entrevista original en inglés aquí.

Interview with Guan Zitian

管子天 Guan Zitian was born in a small village in the north of China, in 1978. Now he is a documentary director and freelance photographer based in Beijing. His artist’s statement is one of the few things we can find about him on the Internet:

Purposeless.
Not for fortune nor for fame.
Shooting no beggars.
Shooting no handicapped.
Shooting no reluctant subjects.
Neither recording misfortune of life, nor violating the privacy of others.
Only reveling in an affection to nature and the sensations of life.

We can’t find much information about you on the Internet. Could you please tell us shortly how you started taking photographs? Did you study photography in school or on your own?

I think taking photos is a very personal thing. I refuse almost all the invitations of photography events and contests.

I was a bad student and I never went to university. Photography doesn’t require education, but it needs a sensitive and desired heart.

I wanted to take photos because I desired a camera. It was a luxury for our family to possess a camera, and during my whole childhood I had only taken two photos. Later I bought a small 4mega pixel digital camera, with which I shot people around me everyday. Eventually everybody said I was good at taking photos. At that time, I didn’t even know what a professional camera was.

Shooting no beggars. Shooting no handicapped. Shooting no reluctant subjects. Neither recording misfortune of life, nor violating the privacy of others.” We found these words on your Flickr page. Why did you decide not to portrait this part of the life that could be  «not so beautiful»?

Personally, I don’t want to be forced, neither do I desire to force others.

From bottom of my heart, I admire desperate and melancholy atmosphere, which is not delivered bluntly by the miserable people in life. Instead I prefer veiled expression. I respect individuals and their feelings. People is a part of my work, and I don’t want my shooting to become one of their miseries.

In your photographic work, we can find portraits of children from rural environment. What can we see or learn about you in these photos?

Once I went back to my hometown. I was disappointed to find significant changes that have taken place. Less and less kids were there, and there is less and less vitality. From then on, I went to shoot these children. I was actually shooting my own childhood, my nostalgia.

Although I know all is gone, I am still reluctant to let it go.

Did you find problems when taking pictures of certain kind of people, the children, for instance?

The most difficult part is undoubtedly my laziness and procrastination. The rest is not a problem. There are too many things distracting my attention.

When you take pictures of landscapes, you show large pieces of land, and most of the times they are rural and lonely places. Do you prefer showing these areas of China rather than big Chinese cities?

Maybe it’s because I love being free, and a stretching boundless horizon. However, when I am truly in this situation, I find that we are lost, becoming more lonely, desperate and ignorant.

Admittedly, the pace of urban construction in China has been on a rocket, yet it’s a total failure. The unexpected change of time assimilates Chinese cities, causing them to lose their characters. Once I indeed made a brief trying to explore this issue by filming, but I was really not a fan of shuttling in the city. I don’t want to force myself into that.

How do you combine video and photography? Which of them do you like the most?

I am a director and that’s how I earn my living. It’s something I have to do, no matter I love it or not. But photography is a different story. it’s my true love. That’s why I only shoot what I like when taking photos (never to cater to reputation or benefit)

Who is your reference in photography?

There are not many photographers that I know, neither I am keen on watching big-name works. What influence me most are poems, other literature and Buddhism.

I believe reflection upon reality and life is my best mentor.

What do you think about Asian current photography?

I have limited knowledge about the photography circle. However, I have seen some works by modern-day photographers on Internet. Many of them are limited by the photography itself, instead of striding it as a tool to think.

To me there are two levels of photography. The first level remains a feast for eyes and the second level dives deeply into your heart.

All the techniques become embarrassing and trivialized in the eternity of time.

Time will filter everything out and leave the classics.

Henri Cartier-Bresson habla sobre la fotografía

La cuarta entrada más vista de este año ha sido la segunda parte de la entrevista con Cartier Bresson. Aquí os dejo la traducción de una transcripción de audio de 1973 que he encontrado en el genial blog American Suburb X.

Palabras de Henri Cartier-Bresson

He estado haciendo fotos desde que era muy joven. No me acuerdo de qué edad tenía. Empecé pintando y dibujando y para mí la fotografía era un medio para dibujar, eso es todo.  Un boceto inmediato hecho con la intuición que no puedes corregir. Si tienes que corregirlo, será en la siguiente foto. La vida es fluida y a veces las fotos desaparecen y no hay nada que puedas hacer. No puedes decirle a alguien “ey, por favor, sonríe de nuevo y vuelve a poner ese gesto” La vida ocurre sólo una vez, para siempre.

No me interesa documentar. Documentar es extremadamente aburrido y el periodismo… Soy muy mal reportero y fotoperiodista. Cuando hice la exposición en el Museo de Arte Moderno en el 46, Capa, que era muy cuidadoso me dijo: no debes tener la etiqueta de fotógrafo surrealista. Toda mi formación fue el surrealismo. Y aún me siento muy surrealista pero él me dijo que si te etiquetan de surrealista no vas a llegar más lejos, que no te harán un encargo y que serás como una planta de invernadero. Olvídalo, haz lo que te de la gana, pero la etiqueta debe ser fotoperiodista. Y Capa era extremadamente coherente así que no volví a mencionar el surrealismo, ésa es mi pasión privada. Y lo que quiero, lo que busco, es asunto mío. No soy un reportero. Eso es accidental, un extra. Cuando voy a algún lugar, intento hacer una foto que resuma una situación que maraville, que atraiga la mirada y que  tenga una buena relación de las formas, que para mí es esencial. Un placer visual.

Madrid, 1933.

Madrid, 1933.

Había ritmo, la forma, la cabeza cae aquí, eso va hacia allá. Hay ritmo entre los diferentes elementos. Hay un cuadrado aquí, un rectángulo y otro… ¿Ves? Esos problemas me preocupan. El mayor placer para mí es la geometría que significa estructura. No puedes ir a hacer fotos de formas y figuras, pero es un placer sensual y un placer intelectual cuando tienes todo en su sitio. Es reconocer un orden que tienes en frente. (…) La diferencia entre una foto buena y una mediocre es cuestión de milímetros una diferencia diminuta pero esencial y si tomo la foto desde allí tendrá una distribución diferente que desde allí o allí. Y realmente es un pequeña recolocación con pequeños movimientos lo que estoy haciendo. No estoy saltando de arriba a abajo. Es una relación entre tu nariz, tus ojos, la ventana de atrás y ese mi placer… Establecer esas relaciones. Y a veces no hay foto. No pasa nada, no hay foto.

El periodismo es una forma de constatar. Bueno, algunos periodistas son escritores maravillosos pero otros ponen un hecho detrás de otro y los hechos no son interesantes. Es el punto de vista sobre esos hechos lo que importa y en la fotografía es la re-evocación de esos hechos.

Las fotografías que me importan son fotos que puedo mirar durante más de dos minutos y es mucho. No  hay muchas fotos que puedas mirar una y otra vez.

Henri Matisse en su casa «Le Rêve». Los Alpes, 1944.

Lo más difícil para mí es el retrato. Es muy difícil. Es un signo de interrogación que pones en alguien intentando contar quién es, a qué puede aspirar, cuál es el significado de su expresión… Y la diferencia entre un retrato y una instantánea es que  en el retrato la persona acepta ser fotografiada. No es como alguien que ves, lo coges en la calle y ya.

Me gusta conocer a la gente en su ambiente. Es fascinante entrar en los hogares de la gente, mirarlos… Pero debes ser como un gato, sin molestar, de puntillas como un biólogo mirando a través de su microscopio. Cuando lo estudias todo, la gente reacciona de otra manera a cuando no sabes nada e intentas poner la cámara entre la piel de alguien y su camisa, no es fácil. Y las actitudes delante de la gente son muy distintas delante de la cámara. Algunos se sienten violentos, otros tímidos, algunos odian que les hagan fotos y a otros les encanta lucirse. Pillas a la gente muy rápido. Ves a la gente desnuda a través del visor, a veces los ves haciendo un steptease y puede resultar muy embarazoso. Recuerdo que tuve que fotografiar para Vogue a una mujer muy mayor, de Boston, una mujer maravillosa. Ella me sonrió pero era ese tipo de sonrisas que no puedes devolver. Ella quería ver la foto antes de que se publicara pero le dije que lo sentía mucho, que nunca lo hacía, que era una cuestión de confianza y ella estuvo de acuerdo. Me dijo “Ay, mis arrugas” y le dije que era su encanto propio porque después de todo depende de cómo te salen.  Es verdad, es la marca que te deja la vida. Depende de cómo la gente haya vivido y todo eso queda escrito en sus caras. Después de una cierta edad, pienso que tienes la cara que te mereces.

En general, cuando hago un retrato hago algunas preguntas para ver la reacción de la gente cuando intentan hablar tan poco como sea posible, pero aún así debes establecer algún tipo de contacto. En cuanto a Matisse, estuve delante de él alrededor de hora y media en un silencio absoluto. Nos mirábamos el uno al otro a los ojos y quizás hice una foto buena (…) Fueron unas 6 fotos en hora y media y no hubo ninguna incomodidad.

Isla de Sifnos, Grecia, 1961.

A veces la gente me pregunta ¿cuántas fotos haces? ¿muchas al día? Siempre contesto que no hay una regla. A veces, como en esta foto en Grecia, vi el marco y todo y esperé a que alguien pasara e hice dos fotos, una de un cura ortodoxo con un sombrero redondo y otra a una niña. La de la niña estaba todo en relación con las otras formas mientras que la de él tenía algo más, era otra concepción y a veces no tienes una segunda oportunidad porque la gente se ha ido. Ése es el motivo por el que esta profesión crea tanta ansiedad. Porque estás siempre esperando, qué va a pasar, qué, qué? Es así todo el rato. Estás fotografiando y sí, quizás mejor así pero no debes fotografiar demasiado. Es como cuando comes o bebes demasiado, tienes que comer y beber pero no darte un atracón. Porque en el momento en el que levantas la mano el obturador quiere más y más y quizás la foto se encontraba en la mitad. Es una fracción de segundo, es un instinto. En fotografía debes ser rápido, como un animal de caza. Así la atrapas y la tomas y la gente ni siquiera lo nota. Y es precioso. Para mí, la fotografía es un placer físico. No hace falta tener mucha cabeza, sólo sensibilidad, un dedo y dos piernas. Es muy bonito cuando sientes que tu cuerpo está trabajando, lleno de aire y contactando con la naturaleza. Es precioso.

Soy extremadamente impulsivo, terriblemente impulsivo. Es una lata para mis amigos y familia. Soy un manojo de nervios pero me aprovecho de eso en la fotografía. Nunca pienso. Actúo, rápido. Tienes que olvidarte de ti mismo, tienes que ser tú mismo y olvidarte de ti mismo al mismo tiempo y así la imagen resulta mucho más fuerte. Lo que quieres y lo que ves. Tienes que implicarte completamente en lo que haces y no pensar. Las ideas son peligrosas. Tienes que pensar todo el tiempo pero cuando estás fotografiando no tienes que intentar forzar las cosas para explicar ni probar algo. No tienes que probar nada. Eso vendrá sólo.

La primera impresión es esencial, la primera vista es impactante, sorprendente. Salta hacia ti. Lo irás alimentando con tu propia vida, con tu gusto, con el bagaje intelectual que acarreas. Tus experiencias, tu amor, tu odio es un todo. Y la poesía es la esencia de todo. Hay dos elementos que están de repente en conflicto y hay una lucha entre ellos pero se da rara vez. No puedes buscarlo. Es como buscar la inspiración, todo llega enriqueciéndote a ti mismo y a tu vida. Es como decir que esperas por una buena foto. Por una foto genial… Pocas veces vas a hacer una foto genial. Tienes que ordeñar a una vaca muchas veces para tener mucha leche para poder hacer un pequeño trozo de queso. No comprendo lo que quiere decir “drásticamente nuevo” No hay ideas nuevas en el mundo, sólo cómo se disponen esas cosas.  Todo es nuevo, cada minuto es nuevo.  Me refiero a reexaminar. La vida cambia a cada minuto. El mundo se va formando cada minuto y es algo bello y trágico. Siempre hay polos y uno no puede existir sin el otro. Son estas tensiones las que siempre me han movido.

Fábrica de coches, Paris, 1959

Fábrica de coches, Paris, 1959.

Esta foto me gusta. Estaba conduciendo en Grecia, en las montañas del norte. Había un niño en la carretera que pastoreaba cabras. No sé si lo saludé o algo pero de repente empezó a andar con sus manos. Había tanto júbilo, tanta alegría en ese país yermo, en esa carretera polvorienta.

Todo es interesante si profundizas un poco, pero al mismo tiempo no puedes fotografiar todo lo que veas. Hay sitios en los que el pulso se te acelera más que en otros… Después de la guerra no sé por qué pero tenía la sensación de que era importante ir a países coloniales. ¿Qué cambios van a ocurrir allí? Es por eso por lo que estuve tres años en oriente.

Estuve en India justo cuando Gandhi murió, después de la división de India y Pakistán y es cuando hay un cambio de situación cuando hay más tensión.  He estado viviendo en la India más de un año y el problema de la demografía, de la inmensidad del país, de la gente me preocupaba mucho. Me gusta vivir en los sitios, no me gusta ir de visita. Lo que se hace con tiempo, el tiempo lo respeta.

Nehru anuncia la muerte de Gandhi, Delhi, 1948.

Pasé en China los últimos tres meses del régimen de Kuo Ming-Tang. Lo vi caerse en pedazos y estuve allí cuando llegaron los comunistas. Me quedé otros seis meses. Los chinos siempre han estado entre regímenes caóticos, severos y tiranos.  Durante siglos han pasado de uno a otro. Tuve suerte de estar allí justo durante ese cambio. Una tradición y lo que permanece de ella, una actitud revolucionaria y una nueva concepción del hombre.

Interesar a la gente con lugares lejanos, impresionarlos, deleitarlos no es difícil. Lo más complicado es hacerlo en tu propio país. Sabes demasiado sobre él, cuando es tu propio bloque, tu propia rutina es difícil salir de ahí. Cuando voy al carnicero o lugares donde voy todo el tiempo, sé demasiado pero no lo suficiente para estar lúcido. Pero tienes que tener la mente abierta, ser consciente. Por eso la gente hace unas 10 fotos buenas en su vida. Lo interesante es la constancia. Seguir trabajando. Hay que reexaminar las cosas, intentar estar más lúcido y más libre y profundizar cada vez más. La cámara es un arma. No puedes probar nada pero al mismo tiempo es un arma. No es propaganda. En absoluto. Pero es una forma de gritar cómo te sientes. Me encanta la vida, me encantan los seres humanos, pero también odio a gente.  ¿Lo ves? La cámara puede ser una pistola pero también puede ser un diván de psicoanálisis. Puede ser un cálido beso. Puede ser un libro de bocetos. Y para mi, ésa es exactamente mi forma de sentir, disfruto tomando una foto, estando presente. Es una forma de decir sí. Es como las tres últimas palabras del Ulises de Joyce, que es uno de los trabajos más tremendos que se han escrito nunca. Es sí, sí, sí. Y así es la fotografía: sí sí, sí. No hay un quizás. Todos los quizás deberían ir a la basura porque es un instante, es una presencia, un momento, está ahí. Y es un respeto, es un gozo, el tremendo placer de decir sí. Incluso si es algo que odias, ¡sí! Es una afirmación. ¡Sí!

West Germany 1952-1953.

West Germany 1952-1953.

Henri Cartier-Bresson. La fotografía como afirmación

La cuarta entrada más vista de este año ha sido la segunda parte de la entrevista con Cartier Bresson. Aquí os dejo la traducción de una transcripción de audio de 1973 que he encontrado en el genial blog American Suburb X.

Palabras de Henri Cartier-Bresson

He estado haciendo fotos desde que era muy joven. No me acuerdo de qué edad tenía. Empecé pintando y dibujando y para mí la fotografía era un medio para dibujar, eso es todo.  Un boceto inmediato hecho con la intuición que no puedes corregir. Si tienes que corregirlo, será en la siguiente foto. La vida es fluida y a veces las fotos desaparecen y no hay nada que puedas hacer. No puedes decirle a alguien “ey, por favor, sonríe de nuevo y vuelve a poner ese gesto” La vida ocurre sólo una vez, para siempre.

No me interesa documentar. Documentar es extremadamente aburrido y el periodismo… Soy muy mal reportero y fotoperiodista. Cuando hice la exposición en el Museo de Arte Moderno en el 46, Capa, que era muy cuidadoso me dijo: no debes tener la etiqueta de fotógrafo surrealista. Toda mi formación fue el surrealismo. Y aún me siento muy surrealista pero él me dijo que si te etiquetan de surrealista no vas a llegar más lejos, que no te harán un encargo y que serás como una planta de invernadero. Olvídalo, haz lo que te de la gana, pero la etiqueta debe ser fotoperiodista. Y Capa era extremadamente coherente así que no volví a mencionar el surrealismo, ésa es mi pasión privada. Y lo que quiero, lo que busco, es asunto mío. No soy un reportero. Eso es accidental, un extra. Cuando voy a algún lugar, intento hacer una foto que resuma una situación que maraville, que atraiga la mirada y que  tenga una buena relación de las formas, que para mí es esencial. Un placer visual.

Madrid, 1933.

Madrid, 1933.

Había ritmo, la forma, la cabeza cae aquí, eso va hacia allá. Hay ritmo entre los diferentes elementos. Hay un cuadrado aquí, un rectángulo y otro… ¿Ves? Esos problemas me preocupan. El mayor placer para mí es la geometría que significa estructura. No puedes ir a hacer fotos de formas y figuras, pero es un placer sensual y un placer intelectual cuando tienes todo en su sitio. Es reconocer un orden que tienes en frente. (…) La diferencia entre una foto buena y una mediocre es cuestión de milímetros una diferencia diminuta pero esencial y si tomo la foto desde allí tendrá una distribución diferente que desde allí o allí. Y realmente es un pequeña recolocación con pequeños movimientos lo que estoy haciendo. No estoy saltando de arriba a abajo. Es una relación entre tu nariz, tus ojos, la ventana de atrás y ese mi placer… Establecer esas relaciones. Y a veces no hay foto. No pasa nada, no hay foto.

El periodismo es una forma de constatar. Bueno, algunos periodistas son escritores maravillosos pero otros ponen un hecho detrás de otro y los hechos no son interesantes. Es el punto de vista sobre esos hechos lo que importa y en la fotografía es la re-evocación de esos hechos.

Las fotografías que me importan son fotos que puedo mirar durante más de dos minutos y es mucho. No  hay muchas fotos que puedas mirar una y otra vez.

Henri Matisse en su casa «Le Rêve». Los Alpes, 1944.

Lo más difícil para mí es el retrato. Es muy difícil. Es un signo de interrogación que pones en alguien intentando contar quién es, a qué puede aspirar, cuál es el significado de su expresión… Y la diferencia entre un retrato y una instantánea es que  en el retrato la persona acepta ser fotografiada. No es como alguien que ves, lo coges en la calle y ya.

Me gusta conocer a la gente en su ambiente. Es fascinante entrar en los hogares de la gente, mirarlos… Pero debes ser como un gato, sin molestar, de puntillas como un biólogo mirando a través de su microscopio. Cuando lo estudias todo, la gente reacciona de otra manera a cuando no sabes nada e intentas poner la cámara entre la piel de alguien y su camisa, no es fácil. Y las actitudes delante de la gente son muy distintas delante de la cámara. Algunos se sienten violentos, otros tímidos, algunos odian que les hagan fotos y a otros les encanta lucirse. Pillas a la gente muy rápido. Ves a la gente desnuda a través del visor, a veces los ves haciendo un steptease y puede resultar muy embarazoso. Recuerdo que tuve que fotografiar para Vogue a una mujer muy mayor, de Boston, una mujer maravillosa. Ella me sonrió pero era ese tipo de sonrisas que no puedes devolver. Ella quería ver la foto antes de que se publicara pero le dije que lo sentía mucho, que nunca lo hacía, que era una cuestión de confianza y ella estuvo de acuerdo. Me dijo “Ay, mis arrugas” y le dije que era su encanto propio porque después de todo depende de cómo te salen.  Es verdad, es la marca que te deja la vida. Depende de cómo la gente haya vivido y todo eso queda escrito en sus caras. Después de una cierta edad, pienso que tienes la cara que te mereces.

En general, cuando hago un retrato hago algunas preguntas para ver la reacción de la gente cuando intentan hablar tan poco como sea posible, pero aún así debes establecer algún tipo de contacto. En cuanto a Matisse, estuve delante de él alrededor de hora y media en un silencio absoluto. Nos mirábamos el uno al otro a los ojos y quizás hice una foto buena (…) Fueron unas 6 fotos en hora y media y no hubo ninguna incomodidad.

Henri Cartier-Bresson

Henri Cartier-Bresson, Isla Sifnos, Grecia, 1961.

A veces la gente me pregunta ¿cuántas fotos haces? ¿muchas al día? Siempre contesto que no hay una regla. A veces, como en esta foto en Grecia, vi el marco y todo y esperé a que alguien pasara e hice dos fotos, una de un cura ortodoxo con un sombrero redondo y otra a una niña. La de la niña estaba todo en relación con las otras formas mientras que la de él tenía algo más, era otra concepción y a veces no tienes una segunda oportunidad porque la gente se ha ido. Ése es el motivo por el que esta profesión crea tanta ansiedad. Porque estás siempre esperando, qué va a pasar, qué, qué? Es así todo el rato. Estás fotografiando y sí, quizás mejor así pero no debes fotografiar demasiado. Es como cuando comes o bebes demasiado, tienes que comer y beber pero no darte un atracón. Porque en el momento en el que levantas la mano el obturador quiere más y más y quizás la foto se encontraba en la mitad. Es una fracción de segundo, es un instinto. En fotografía debes ser rápido, como un animal de caza. Así la atrapas y la tomas y la gente ni siquiera lo nota. Y es precioso. Para mí, la fotografía es un placer físico. No hace falta tener mucha cabeza, sólo sensibilidad, un dedo y dos piernas. Es muy bonito cuando sientes que tu cuerpo está trabajando, lleno de aire y contactando con la naturaleza. Es precioso.

Soy extremadamente impulsivo, terriblemente impulsivo. Es una lata para mis amigos y familia. Soy un manojo de nervios pero me aprovecho de eso en la fotografía. Nunca pienso. Actúo, rápido. Tienes que olvidarte de ti mismo, tienes que ser tú mismo y olvidarte de ti mismo al mismo tiempo y así la imagen resulta mucho más fuerte. Lo que quieres y lo que ves. Tienes que implicarte completamente en lo que haces y no pensar. Las ideas son peligrosas. Tienes que pensar todo el tiempo pero cuando estás fotografiando no tienes que intentar forzar las cosas para explicar ni probar algo. No tienes que probar nada. Eso vendrá sólo.

La primera impresión es esencial, la primera vista es impactante, sorprendente. Salta hacia ti. Lo irás alimentando con tu propia vida, con tu gusto, con el bagaje intelectual que acarreas. Tus experiencias, tu amor, tu odio es un todo. Y la poesía es la esencia de todo. Hay dos elementos que están de repente en conflicto y hay una lucha entre ellos pero se da rara vez. No puedes buscarlo. Es como buscar la inspiración, todo llega enriqueciéndote a ti mismo y a tu vida. Es como decir que esperas por una buena foto. Por una foto genial… Pocas veces vas a hacer una foto genial. Tienes que ordeñar a una vaca muchas veces para tener mucha leche para poder hacer un pequeño trozo de queso. No comprendo lo que quiere decir “drásticamente nuevo” No hay ideas nuevas en el mundo, sólo cómo se disponen esas cosas.  Todo es nuevo, cada minuto es nuevo.  Me refiero a reexaminar. La vida cambia a cada minuto. El mundo se va formando cada minuto y es algo bello y trágico. Siempre hay polos y uno no puede existir sin el otro. Son estas tensiones las que siempre me han movido.

Fábrica de coches, Paris, 1959

Fábrica de coches, Paris, 1959.

Esta foto me gusta. Estaba conduciendo en Grecia, en las montañas del norte. Había un niño en la carretera que pastoreaba cabras. No sé si lo saludé o algo pero de repente empezó a andar con sus manos. Había tanto júbilo, tanta alegría en ese país yermo, en esa carretera polvorienta.

Todo es interesante si profundizas un poco, pero al mismo tiempo no puedes fotografiar todo lo que veas. Hay sitios en los que el pulso se te acelera más que en otros… Después de la guerra no sé por qué pero tenía la sensación de que era importante ir a países coloniales. ¿Qué cambios van a ocurrir allí? Es por eso por lo que estuve tres años en oriente.

Estuve en India justo cuando Gandhi murió, después de la división de India y Pakistán y es cuando hay un cambio de situación cuando hay más tensión.  He estado viviendo en la India más de un año y el problema de la demografía, de la inmensidad del país, de la gente me preocupaba mucho. Me gusta vivir en los sitios, no me gusta ir de visita. Lo que se hace con tiempo, el tiempo lo respeta.

Nehru anuncia la muerte de Gandhi, Delhi, 1948.

Pasé en China los últimos tres meses del régimen de Kuo Ming-Tang. Lo vi caerse en pedazos y estuve allí cuando llegaron los comunistas. Me quedé otros seis meses. Los chinos siempre han estado entre regímenes caóticos, severos y tiranos.  Durante siglos han pasado de uno a otro. Tuve suerte de estar allí justo durante ese cambio. Una tradición y lo que permanece de ella, una actitud revolucionaria y una nueva concepción del hombre.

Interesar a la gente con lugares lejanos, impresionarlos, deleitarlos no es difícil. Lo más complicado es hacerlo en tu propio país. Sabes demasiado sobre él, cuando es tu propio bloque, tu propia rutina es difícil salir de ahí. Cuando voy al carnicero o lugares donde voy todo el tiempo, sé demasiado pero no lo suficiente para estar lúcido. Pero tienes que tener la mente abierta, ser consciente. Por eso la gente hace unas 10 fotos buenas en su vida. Lo interesante es la constancia. Seguir trabajando. Hay que reexaminar las cosas, intentar estar más lúcido y más libre y profundizar cada vez más. La cámara es un arma. No puedes probar nada pero al mismo tiempo es un arma. No es propaganda. En absoluto. Pero es una forma de gritar cómo te sientes. Me encanta la vida, me encantan los seres humanos, pero también odio a gente.  ¿Lo ves? La cámara puede ser una pistola pero también puede ser un diván de psicoanálisis. Puede ser un cálido beso. Puede ser un libro de bocetos. Y para mi, ésa es exactamente mi forma de sentir, disfruto tomando una foto, estando presente. Es una forma de decir sí. Es como las tres últimas palabras del Ulises de Joyce, que es uno de los trabajos más tremendos que se han escrito nunca. Es sí, sí, sí. Y así es la fotografía: sí sí, sí. No hay un quizás. Todos los quizás deberían ir a la basura porque es un instante, es una presencia, un momento, está ahí. Y es un respeto, es un gozo, el tremendo placer de decir sí. Incluso si es algo que odias, ¡sí! Es una afirmación. ¡Sí!

West Germany 1952-1953.

West Germany 1952-1953.

Hazle una pregunta a Adrián Domínguez

Aquí llegamos con nuestra segunda entrevista. Antes de nada, quería comentaros algunas cosas que creo que no os dije antes: intentaremos hacer una entrevista al mes (más, me parece un poco excesivo); si alguien quiere aparecer en la entrevista como anónimo no tiene más que mandarme la pregunta por mail y especificarlo; y en principio para ésta volveremos a dejar una semana pero creo que para las siguientes lo acortaremos a 3 días… Bueno, ya veremos, según se vayan dando las cosas.

En fin, como muchos de vosotros ya sabréis, este mes entrevistaremos a Adrián Domínguez.

Popeye

Empezó a fotografiar a los 13 años y posteriormente se compró una ampliadora que aún conserva en el baño. «Tengo claro que es una relación de por vida» afirma. Suele utilizar película para blanco y negro y digital para el color y en sus viajes lleva ambas cámaras. «Si tienes claro lo que quieres es fácil decidir que cámara usar en cada momento».

Trabaja para editoriales como Spain Media Magazine, Taller de Editores, GyJ o Focus Ediciones, que compagina con su trabajo personal de fotografía callejera y de viajes. Su primer viaje lo realizó por Centro y Sur América en 1998 para hacer fotografías.

Ha hecho varias exposiciones, sobre todo a partir del 2008 que es cuando ha hecho un mayor esfuerzo por enseñar su obra. A parte de Entrefotos, donde lo descubrimos, ha participado en Estampa y Tazona Foto de Aragón.

En su web, podemos encontrar su trabajo sobre China. Lo realizó en un viaje de dos meses a Shangai, a través de las provincias de Sichuan, Yunnan y Guanxi. En China Portraits podemos encontrar una galería de retratos muy directos. «Desenvolverte con la cámara para fotografiar gente es un estado de ánimo, depende de como sea cada uno… A mi me gusta acercarme mucho y no suelo preguntar pero el respeto es fundamental, también tengo claro que por hacer una foto no estoy robando el alma a nadie».

En China used ways, la cosa cambia. Aunque sigue indagando en la figura humana, los rostros dejan de ser los protagonistas, para abrirse el encuadre y mostrarnos una visión más completa de su cultura. En sus propias palabras, muestra «una fijación estética hacia texturas, luces y colores pero sin dejar esa vertiente más histórica, en cuanto a que son espacios desgastados por el paso de cientos de generaciones. Social, por la interpretación de hábitos de esta cultura. Y personal por esa atracción continua hacia lo decadente o decaído».

El peso de la cruz

Madrid Popular es su trabajo más extenso. Lo lleva realizando desde principios de los 90 y aún lo continúa. Como su propio nombre indica, en este trabajo hace un retrato de la ciudad y sus habitantes de la forma más castiza. De este trabajo nos comenta: «En él pretendo capturar la esencia de una ciudad, una época, una cultura, una sociedad bajo una forma de mirar, enmarcado en personajes que encuentro por la calle, hay pequeños guiños a amigos pero siempre son fotos casuales». Además se ha publicado un libro con una recopilación de fotografías realizadas entre 1990 y 2009.

Y en Untouchables encontramos una galería de los principales fotógrafos del panorama nacional. Este trabajo me gusta especialmente ya que son fotos muy relajadas e incluso casuales.

Además de todo esto, es estudió Filosofía y Letras y es Diplomado en Ciencias de la Imagen y ha participado en numerosos rodajes de cine. Ahí es nada.

Ahora damos el pistoletazo de salida para que empecéis a mandar vuestras preguntas. Ya sabéis que podéis dejarla aquí, en los comentarios, en Facebook o mandármelas por email a reinatoresano@gmail.com. Tenéis hasta el lunes, día 8.

Por cierto, algunas de las citas las he sacado de otra entrevista que le hicieron en duendemad, echadle un ojo que está muy bien 😉

El Camouflage de Liu Bolin.

Lui Bolin es un artista chino que trabaja pintando su cuerpo para camuflarse en el medio. Critica la censura y la represión del gobierno Chino, del que él mismo fue víctima cuando las autoridades le cerraron su taller.

Puede llegar a tardar hasta diez horas inmóvil mientras lo pintan para cada fotografía.

Os dejo fragmentos de una entrevista publicada en Joia Magazine en diciembre de 2009 y otro artículo interesante publicado en Cuerpo y arte

«Amo el arte y amo mostrar mi vida a través de mis creaciones. Estaba bastante convencido de que me convertiría en un gran artista.»

«El origen de la serie Camouflage es el deseo de combatir la destrucción de los estudios de los artistas. Eso es lo que me ha llevado a elegir las características de esta serie: un elemento de protesta, un elemento de sospecha; escepticismo sin compromiso. En mis próximas series, aparecen lemas que a menudo uno puede ver en China: antiguos edificios a punto de ser demolidos y el extremo del tren en el que está escrito: “Red in the East”. En este momento, el tema de mis trabajos es la reflexión acerca del procedimiento de desarrollo de toda China, y una reflexión más profunda sobre su cultura.»

«Después de haberme graduado no encontré un trabajo viable y sentí que no había lugar para mí en la sociedad. Experimenté el lado oscuro de la sociedad, sin tener relaciones sociales, sintiendo que nadie cuidaba de mí, me sentí innecesario para el mundo. Desde ese momento mi actitud se tornó de una dependencia a una posición en contra del sistema.”

«Algunas personas me llaman el hombre invisible, pero para mí es justamente lo que no ven en la fotografía lo que realmente cuenta la historia.»

Aquí podemos ver el proceso del trabajo.

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