Eugene Smith, ‘Yo no escribí las reglas, ¿por qué iba a seguirlas?’
La Sociedad Americana de fotógrafos de Media ha descubierto recientemente una entrevista que el retratista Phillippe Halsmann hace a Eugene Smith, parece ser que tuvo lugar en Nueva York en 1956, pero no se está seguro de la fecha.
Para esta fecha ya había publicado en Life Country Doctor, Spanish Village y Nurse Midwife. En 1955 dejó Life y pasó a la Agencia Magnum.
Éste es un extracto de esta entrevista:
Recuerdo una de tus fotografías en particular, en un velatorio en España la gente mirando a la cara del hombre muerto, ¿cuántas exposiciones tomaste?
Dos, y una para encender. No queria molestar.
(Piero) Saporiti, el corresponsal de Time-Life en España me dijo una vez que habías usado lámparas de petróleo…
Saporiti tiene una memoria maravillosa, ¡muy imaginativa! Éste es el tipo de la luz que pude conseguir. Use un sólo flash en lugar de una vela.
La gente estaba muy apenada y pusiste la luz del flash en sus ojos interrumpiendo su dolor. ¿Cómo justificaste esta intromisión?
Creo que no hubiera podido hacer esto sino hubiera estado enfermo el día anterior. Habia estado con dolor de estómago en un campo y vino un desconocido y me ofreció beber vino. No me apetecía pero por no ser descortes a tal amabilidad, acepté. Y al día siguiente, por casualidad, se acercó a mí con prisas y me dijo: «Por favor, mi padre acaba de morir y debemos de enterrarlo, ¿podría llevarme al lugar donde tengo que rellenar todos los papeles?» Fuí con él a su casa, yo estaba muy conmocionado por el dolor y la belleza compasionada del velatorio, cuando vi que venia hacía la puerta me acerque a él y le dije: «Por favor, señor, no quiero deshonrarle en estos momentos, pero ¿podría hacer fotografías?» y me respondió: «Sería un honor».
No creo que tomar una fotografia por el valor de la fotografía en sí misma esté justificado, solamente cuando consideras que es el objetivo. Por ejemplo, fotografié una mujer dando a luz para una historia de comadronas. Pero hay por lo menos dos vacios de magnificas fotografias en mi obra. Una es en Filipinas, una mujer que tenia problemas con el parto en un pueblo que habia sido destrozado por nuestros bombardeos. La mujer estaba dando a luz y mi único pensamiento en aquel momento era ayudarla. Si hubiera habido allí otra persona tan competente como era yo entonces para ayudarla habría tomado la fotografia. Pero, quedarme quieto ante una cirscustancia así… ¡No hay una maldita fotografía tan valiosa!
Recuerdo una foto de una mujer española arrojando agua en la calle. ¿Fue una puesta en escena?
No hubiese dudado en pedirle que tirase el agua. No me importa montar una escena si creo que va a intensificar algo que es totalmente auténtico del lugar.
Cartier-Bresson nunca pregunta esto. ¿Por qué romper una regla básica de la fotografía?
Yo no escribí las reglas, ¿por qué iba a seguirlas? Dedico mucho tiempo e investigacion en saber lo que quiero tratar. Pregunto y lo arreglo cuando siento que es legítimo. La honestidad reacae en mi capacidad, como fotógrafo, para comprender.
Extraído de una entrada del blog del New York Times Lens
w.eugene smith,sera un dels grans referents del fotoperiodisme modern,pere
Eugene W. Smith es uno de lo grandes e imprescindibles. No podría entender la fotografía sin él. Magnífica entrada. Jota.
Pude ver la magnífica exposición sobre W. Eugene Smith en PhotoEspaña, 2008, en el Teatro Fernan Gómez. La mejor exposición de Fotografía que yo he podido visitar sobre la obra de un fotógrafo; estaba absolutamente todo. Para mi, Eugene Smith quería retratar cosas tan inmensas que los mismos proyectos se le desbordaban, resultando que la obra se engullía a su creador.
Interesante es el documental sobre la foto del velatorio de Deleitosa, prueba de la fuerza de la Fotografía, esa foto cambió la vida de la chica joven retratada.
Paqui Vinagre
Sobre la foto del velatorio de Deleitosa (Cáceres) de Eugene Smith;
«El caso de Josefa Larra, la mujer que aparece en el centro de la fotografía del velatorio de Juan Larra es curisísimo, de historia de película. Un americano que vió la revista se enamoró de ella y escribió al pueblo interesándose por Josefa. Quería llevarla a EE.UU. para casarse con ella y/o convertirla en estrella de cine. El alcalde de la localidad y la madre de la chica se mostraron entusiasmados ante la idea. Pero no la muchacha, que tenía novio y un carácter reservado. La presión del entorno consiguió la ruptura de la pareja, pero nada más: ella no quiso. No la convencieron ni la foto del joven americano ni la de su flamante automóvil. Josefa se quedó soltera y es que, como comentó un hermano suyo, en aquella época una mujer que había tenido novio ya nunca volvía a ser pretendida.»
Paqui Vinagre
Muchas gracias por la aportación, Paqui. Un saludo.